El Modelo Socio Ecológico (MSE) es una herramienta analítica que agrupa varios niveles de influencia y factores que pueden influir en el comportamiento de una persona.
Hay cinco capas concéntricas anidadas, de la más interna a la más externa:
Organizaciones como UNICEF utilizan el Modelo Socio Ecológico en la Comunicación para el Desarrollo (C4D) como marco clave de programación, reconociendo que, debido a los efectos polifacéticos e interactivos de los factores personales y ambientales que determinan los comportamientos, el cambio sostenible requiere la acción y la colaboración en múltiples niveles.
Tabla 1. Descripción de los niveles del modelo socio ecológico
Nivel MSE | Descripción |
Individual | Características de un individuo que influyen en los comportamientos, incluidos los conocimientos, las actitudes, el sexo, la edad, la autoeficacia, el historial de desarrollo, la identidad religiosa, la identidad racial/étnica, la orientación sexual, la situación económica, los recursos financieros, los valores, los objetivos, las expectativas, la alfabetización y la estigmatización, entre otros. |
Interpersonal | Redes sociales formales e informales y sistemas de apoyo social que pueden influir en los comportamientos individuales, como la familia, los amigos, los compañeros, los compañeros de trabajo, las redes religiosas, las costumbres o las tradiciones. |
Comunidad | Relaciones entre organizaciones y redes de información dentro de unos límites definidos, incluido el entorno construido, las asociaciones locales, los líderes comunitarios, las empresas, el transporte, así como las normas sociales que se aplican a la comunidad local. |
Organización | Organizaciones con normas, procedimientos y reglamentos para estructurar la vida cotidiana, incluidas las operaciones que afectan a cómo, o cómo de bien, por ejemplo, se prestan los servicios a los ciudadanos. |
Política/Entorno favorable | Leyes y políticas locales, estatales, nacionales y mundiales que afectan al tema de interés, ya sea como promotoras o como barreras para las intervenciones y los cambios. |
Imagen: Los niveles del Modelo Socio-Ecológico
Es importante subrayar que el Modelo de Impulsores del Comportamiento y sus componentes son de naturaleza socio ecológica. Los factores representados en el MDB básico (impulsores de nivel 1) se extienden por los distintos niveles del Modelo Socio Ecológico (véase la siguiente imagen).
Imagen: El Modelo de Impulsores del Comportamiento integrado en los niveles del Modelo Socio-Ecológico
El Learning Collaborative to Advance Research and Practice on Normative Change for Adolescent Sexual and Reproductive Health and Well-being (Learning Collaborative, 2018) ha explorado las lagunas teóricas de la mayoría de las teorías de cambio de comportamiento cuando se aborda la transformación de las normas.
Su trabajo resuena con el esfuerzo de UNICEF y muchas otras organizaciones por encontrar marcos ecológicos y multinivel, recordando a nuestro campo que, aunque el desarrollo de metodologías científicas se ha basado en enfoques reduccionistas para aislar los fenómenos a investigar, muchos de los problemas a los que se enfrenta la sociedad implican complejas cadenas de interacción.
Esto incluye una amplia gama de factores medioambientales y humanos, que abarcan desde escalas globales a locales (Stojanovic et al., 2016), lo que exige enfoques más multidisciplinares e interdisciplinares para la investigación científica centrada en torno a problemas del mundo real, y la aparición del campo de la Ciencia de la Sostenibilidad (Kates et al., 2001, Turner et al., 2003).
Stojanovic y sus colegas sostienen que el enfoque socioecológico es adecuado porque tiene en cuenta la dependencia que los seres humanos tienen de su entorno. Aclaran sus ventajas y restricciones y proponen una reformulación que favorezca el compromiso con tradiciones más amplias de investigación en ciencias sociales. Afirman que la interdisciplinariedad requiere nuevos avances metodológicos.
El Modelo de Impulsores del Comportamiento surge como respuesta a estos elementos críticos. Abarca un amplio abanico de investigaciones psicológicas, sociales, organizativas y conductuales, y aborda factores y dimensiones que no sólo exigen interdisciplinariedad, sino que también abren vías para intervenciones multisectoriales.
El Modelo de Impulsores del Comportamiento amplía los conocimientos del Modelo Socio Ecológico, reconociendo que un compromiso más amplio con las ciencias sociales en todo su espectro proporciona la mejor manera de comprender e influir en los comportamientos.
Manteniendo las virtudes del Modelo de Impulsores del Comportamiento al examinar los mecanismos que operan a varios niveles, el BDM también pretende servir de modelo pragmático que refuerce este enfoque holístico centrándose en las vías de comportamiento y en cómo, de forma muy concreta, puede identificarse una amplia gama de impulsores específicos. Los profesionales pueden utilizarlo como herramienta para comprender el tipo de sistema que están estudiando, pero el modelo no es prescriptivo.
Por último, y de forma similar al Modelo Socio Ecológico, al considerar los distintos tipos de mecanismos e influyentes que pueden ser relevantes para los comportamientos a distintos niveles, el Modelo de Impulsores del Comportamiento traza un mapa que las y los facilitadores de procesos de desarrollo sostenible y construcción de paz pueden utilizar para reflexionar sobre los niveles de intervención, identificando además a las partes interesadas adecuadas que deben participar en un determinado esfuerzo de cambio social y de comportamiento.
Fuente: Petit, Vincent. 2019. The Behavioral Drivers Model. Páginas 52 – 54