Introducción
Módulo 1: Fundamentos de la Transformación de Conflictos
Módulo 2: Comprendiendo el conflicto I - Bases y Enfoques
Módulo 3: Comprendiendo el conflicto II - Herramientas
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Conflictos latentes y manifiestos

En el marco del triángulo del conflicto de Galtung, los polos A (actitud) y C (contradicción) son a menudo inconscientes y deben ser trabajados con detalle arqueológico para poder afrontar el conflicto.

Si A y C -una contradicción y ciertas actitudes- están presentes, pero las partes del conflicto aún no muestran un comportamiento conflictivo, se trata de un conflicto latente. La característica de un conflicto latente es, por tanto, que existe una contradicción, un objeto de conflicto y también -a menudo inconsciente- pueden estar presentes actitudes relacionadas con este conflicto. Sin embargo, las partes del conflicto (todavía) no actúan, no muestran (todavía) un comportamiento conflictivo abierto.

La razón puede ser que las partes del conflicto aún no son conscientes del mismo, quizás primero sienten una tensión emocional no específica sin conocer la causa. O una de las partes del conflicto acepta su sufrimiento como algo inmodificable, como el destino o como la supuesta voluntad de Dios.

Pero también puede ocurrir que al menos una de las partes del conflicto sea muy consciente del mismo, pero no haya sido capaz (todavía) de organizarse (actores colectivos) o de ponerse de acuerdo (actores individuales). Tratar los conflictos abiertamente requiere energía y recursos.

Si hay una diferencia de poder extrema entre las partes del conflicto o si una de ellas no conoce a la “otra parte”, una resolución abierta del conflicto consume mucha energía y es bastante improbable.

En lugar de una resolución activa y abierta del conflicto, la parte más débil suele sufrir enfermedades psicosomáticas de los individuos implicados en un conflicto interpersonal, o un empobrecimiento dentro de un conflicto social más amplio. Estas enfermedades psicosomáticas y los síntomas de la indigencia pueden llevar incluso a la destrucción física de los actores individuales.

A veces, los conflictos latentes también se denominan conflictos indirectos o estructurales; los conflictos manifiestos también se denominan conflictos directos o de los actores.

Un prerrequisito para la transformación de conflictos es la transformación de un conflicto latente, indirecto y estructural en un conflicto de actores directos a través de la concienciación (Conscientização según Paulo Freire). Sin embargo, la parte más poderosa del conflicto, que busca mantener el statu quo, hará intentos de desconscientización, por ejemplo, dirigiendo la concienciación hacia los pseudoconflictos y alimentando los prejuicios contra los grupos de población con menor poder (como los inmigrantes, las minorías étnicas o religiosas) o alimentando el nacionalismo