El cuento sobre la triste hija del rey
Hay una profunda preocupación y tristeza en el castillo real. La princesa lleva muchas semanas sumida en una profunda tristeza, no sale de su habitación y no habla una sola palabra con nadie. Los padres, la corte y los médicos están perdidos.
El rey envía a sus heraldos y promete la mitad del reino y la mano de su hija al noble joven héroe que consiga hacerla hablar de nuevo. Muchos prueban su suerte. Uno cree que se debe a una mala alimentación, otro intenta ser bromista, el tercero quiere que haga deporte, otro le receta hierbas medicinales. Todo en vano. La princesa permanece en un silencio inmóvil.
Entonces, un hábil artesano de las clases bajas se presenta ante el rey. Finalmente, por desesperación, el rey le deja entrar en la habitación de la princesa.
El artesano la encuentra acurrucada en su cama, con los ojos cerrados. Sin decir una palabra, asume la postura de la princesa y permanece en ella. Pasa una hora tras otra y ambos permanecen en silencio en la misma postura.
Llega el mediodía, cae la tarde… Sólo entonces el joven le dirige estas palabras inquisitivas: “¿Estás tan triste que no percibes el mundo que te rodea?”. – “Sí”, responde la princesa.
Reflexión
- ¿Qué nos enseña esta historia en cuanto al proceso de diagnóstico, de comprensión de nuestro conflicto?
- ¿Qué es lo que no podemos percibir o quizás no queremos percibir?
- ¿Qué otra pregunta le harías a la princesa para que vuelva a sentir curiosidad y se abra al mundo que la rodea?
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Esta historia también la puedes usar para trabajar los siguientes temas:
Empatía, compasión, escucha activa, consejo, defensa, impotencia, desesperación, impotencia, tristeza, pena, ayuda, ayuda para la autoayuda, paternidad, ser visto, el silencio (es oro), deseo de muerte
Fuente:
Milling, Hanna. 2020. Storytelling – Konflikte lösen mit Herz und Verstand. Wolfgang. Metzner Verlag. S. 126