Introducción
Módulo 1: Fundamentos de la Transformación de Conflictos
Módulo 2: Comprendiendo el conflicto I - Bases y Enfoques
Módulo 3: Comprendiendo el conflicto II - Herramientas
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El origen del concepto de seguridad humana

El siguiente artículo de la Fundación Berghof (2020) es una excelente introducción para conocer sobre el origen y la evolución del concepto de seguridad humana.

Planificar de manera holística: La seguridad humana

Hans J. Giessmann, Andreas Schädel y Basir Feda

“La paz, para que tenga sentido para muchos que sólo han conocido el sufrimiento tanto en la paz como en la guerra, debe traducirse en pan o arroz, vivienda, salud y educación, así como en libertad y dignidad humana –  una vida cada vez mejor”.

En el sentido original de la palabra, seguridad significa un estado libre de preocupaciones (latín: se cura). Desde la aparición de los primeros Estados nación a mediados del siglo XVI hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, la seguridad se entendía generalmente como la tarea más importante del Estado. El Estado debía preservar la soberanía exterior y alejar cualquier peligro externo, especialmente las amenazas militares de otros Estados. Esta concepción ha cambiado fundamentalmente en las últimas décadas.

SEGURIDAD HUMANA | un concepto global, centrado en las personas y orientado a la prevención, que abarca la protección contra las amenazas en los ámbitos de la economía, la alimentación, la salud, el medio ambiente y la seguridad personal, social y política.
La erosión de la concepción tradicional de la seguridad

Hay innumerables ejemplos en la historia en los que la búsqueda de “seguridad” sirvió para justificar ataques y guerras, la conquista de colonias y la opresión de pueblos. La política de seguridad se veía como un juego de suma cero que se jugaba según las reglas del más fuerte, donde los poderosos compraban su seguridad a través de la inseguridad de los impotentes o indefensos. Esta estrecha comprensión de la seguridad, es decir, la soberanía y la protección del Estado frente a otros Estados, se puso en tela de juicio por primera vez con la entrada de la humanidad en la era nuclear.

Dado que cualquier uso de las armas nucleares conlleva el riesgo de una destrucción incontrolable, incluso la aniquilación de la humanidad, la interdependencia de la seguridad entre los Estados que poseen armas nucleares y los que no las tienen se convirtió en una cuestión política. Una profunda comprensión de esta nueva dimensión de la amenaza -y de la responsabilidad de las y los científicos sociales y naturales para que colaboren en la búsqueda de mejores formas de afrontar los conflictos- fue un importante impulso para la creación de la Fundación Berghof para el Estudio de los Conflictos (y muchas otras iniciativas y organizaciones de la sociedad civil) desde la década de 1970.

Debido a la mayor conciencia de esta interdependencia nuclear, ha surgido la conciencia de que la seguridad no es una cuestión puramente militar, ni debe ser privilegio exclusivo de los Estados. Otras amenazas globales no militares a la existencia también han pasado a ser de dominio público. Sin embargo, no sólo existen interdependencias entre los Estados, sino también entre los actores de un conflicto, por ejemplo, entre gobiernos disfuncionales y una oposición organizada en Estados frágiles. La interdependencia lleva a pensar en enfoques cooperativos para la reducción de riesgos. También puede reforzar el interés por la transformación de conflictos.

Un concepto ampliado de seguridad

En los años setenta y ochenta, un debate inicialmente limitado a los círculos de expertos recibió una atención pública cada vez mayor:

Los “riesgos globales” no militares, como el cambio climático, la escasez de recursos, el subdesarrollo y las pandemias modernas, fueron repentinamente clasificados como amenazas bélicas para la seguridad de los Estados y los pueblos. El hasta ahora indiscutible enfoque tradicional de la seguridad en las amenazas militares se fue difuminando. El informe de 1987 de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo (Informe Brundtland) afirmaba:

"Los conflictos pueden surgir no sólo por las amenazas políticas y militares a la soberanía nacional, sino también por la degradación del medio ambiente y la negación de oportunidades de desarrollo". .... La acción para reducir las amenazas medioambientales a la seguridad requiere una redefinición de las prioridades a nivel nacional y mundial. Esta redefinición podría lograrse si se acordara una definición más amplia de la seguridad en general, y si se incluyeran las fuentes de conflicto militares, políticas, medioambientales y de otro tipo". (Ed.)

Una política de seguridad que también se ocupe de los riesgos y amenazas no militares requiere instrumentos y enfoques diferentes a los de la defensa militar. Los riesgos de alcance mundial difícilmente pueden ser mitigados, y mucho menos resueltos, por las políticas de los Estados-nación o incluso por la disuasión armada. Más bien, esto requiere una cooperación interestatal y transnacional.

En teoría, la conclusión de esta constatación es clara y sencilla: la soberanía de un Estado queda deslegitimada cuando la consecución de sus propios intereses y políticas pone en peligro la seguridad de otros Estados.

Sin embargo, en la práctica, el predominio político del pensamiento tradicional sobre la seguridad obstaculiza en gran medida una ampliación constructiva de las perspectivas de seguridad.

Las negociaciones sobre riesgos globales como el cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad muestran una creciente conciencia de la necesidad de cooperación global, pero también las dificultades de los Estados nación para alcanzar compromisos cuando sus intereses compiten entre sí.

En un esfuerzo por mantener sus posiciones de poder, los Estados más poderosos en particular tienden a “securitizar” sus políticas. Esto significa, como muestra por ejemplo la actual política migratoria de la Unión Europea (UE), que defienden sus propios intereses frente a las necesidades de los demás en lugar de buscar acuerdos justos. Efectos negativos similares de la “securitización” pueden verse también en la prevención del extremismo violento.

Sin embargo, debido a las interdependencias globales descritas anteriormente, las políticas de seguridad que se persiguen a expensas de otras sólo conducirán a una mayor inseguridad para todos a corto o largo plazo.

De la seguridad ampliada a la seguridad humana

Los cambios políticos y sociales fundamentales que se han producido tras el final de la Guerra Fría han influido en la percepción de los conceptos de seguridad en todo el mundo.

Estos cambios políticos y sociales, combinados con los riesgos globales, afectan a la vida de todas las personas. En este contexto, el informe anual de 1994 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente acuñó el término “seguridad humana”. Para cada ser humano, la seguridad humana significa estar libre de

del miedo (por ejemplo, la protección contra la violencia) y la libertad de la necesidad (como un enfoque holístico de la seguridad que incluye la protección contra el hambre, la enfermedad, los desastres naturales, etc.).

La seguridad humana se desarrolló como un concepto global, centrado en las personas y orientado a la prevención, que abarca la protección contra las amenazas en los ámbitos de la economía, la alimentación, la salud, el medio ambiente y la seguridad individual, social y política.

Lo revolucionario de esto no es sólo que un enfoque holístico vincule la idea tradicional de seguridad con los objetivos de desarrollo. Más bien, el concepto de seguridad humana asigna a los Estados la responsabilidad de crear las condiciones necesarias para ello. Japón y Canadá fueron de los primeros Estados en incorporar el concepto de seguridad humana a sus políticas nacionales. Canadá se centró principalmente en la protección contra diversas amenazas, mientras que Japón retomó algunos de los debates de las Naciones Unidas y se centró más en la educación, la salud y el medio ambiente para “cambiar los estilos de vida” y hacer realidad el potencial de cada ser humano.

Por primera vez se cuestionó la soberanía de los Estados para actuar como les parezca en sus propios países si los gobiernos ignoran los derechos humanos y las libertades universales.

El concepto de “responsabilidad de proteger” fue desarrollado y avanzado por la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía de los Estados (CIISE) en 2001. Según esto, no se debe permitir que los gobiernos amenacen a sus propios ciudadanos. Las violaciones son sancionables con un mandato de la comunidad internacional.

Sin embargo, la legitimidad y la responsabilidad de los Estados en virtud de su “responsabilidad de proteger” no está exenta de polémica, ya que los actores poderosos podrían invocarla para perseguir sus propios intereses e intervenir en otros Estados.

A pesar de estos problemas, el reconocimiento de la primacía de la seguridad humana sigue siendo un importante logro político y, en este sentido, también un marco de referencia para la transformación de conflictos.

El desarrollo sostenible y la paz justa no sólo son requisitos indispensables para la seguridad humana, sino que se influyen mutuamente. Por lo tanto, si los Estados tienen que rendir cuentas cuando violan flagrantemente los derechos de sus ciudadanos, aumentan las posibilidades de una configuración más pacífica de las relaciones sociales y políticas.

El concepto de seguridad humana aborda las causas fundamentales de los conflictos violentos, que también son de suma importancia para la transformación de los conflictos. Sobre todo, centra la atención en la prevención sostenible de la violencia.

Dado que la transformación de conflictos pretende influir en las pautas de comportamiento y transformar los conflictos estructurales o interpersonales en relaciones constructivas, se considera a la inversa un enfoque prometedor para apoyar el objetivo de la seguridad humana.

Referencias bibliográficas y recomendaciones
  • David Andersen-Rodgers und Kerry Crawford (2018). Human Security: Theory and Action. Lanham: Rowman & Littlefield.
  • Mohammed Abu-Nimer (2018). Islamization, Securitization, and Peacebuilding
  • Responses to Preventing and Countering Violent Extremism, in: Lisa Schirch
  • (Hg.) The Ecology of Violent Extremism: Perspectives on Human Security and
  • Peacebuilding. Lanham: Rowman & Littlefield, 218-225.
  • David Bosold und Sascha Werthes (2005). Human Security in Practice: Canadian and Japanese Experiences, in: International Politics and Society [Internationale Politik und Gesellschaft], 1/2005, 84-101.
  • Barry Buzan et al. (1997). Security: A New Framework for Analysis. Boulder: Lynne Rienner Publishers.
  • ICISS (2001). The Responsibility to Protect. Report of the International Commission on Intervention and State Sovereignty. Ottawa: International Development Research Centre.
  • Robert Picciotto et al. (2007). Global Development and Human Security. London: Routledge.
Onlinequellen
  • Our Common Future (1987). Report of the World Commission on Environment and Development (Brundtland Report). UN Documents A/42/427, www.undocuments.net/ocf-11.htm#II.
  • United Nations (Hg.) (2003). Human Security Now: Protecting and Empowering People. New York: Communications Development Inc., https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/91BAEEDBA50C6907C1256D19006A9353-chs-security-may03.pdf.
  • United Nations (Hg.) (2017). The Sustainable Development Goals Report, https://unstats.un.org/sdgs/files/report/2017/TheSustainableDevelopmentGoals-Report2017.pdf.
  • Simon Fraser University – Human Security Project, http://www.css.ethz.ch/en/services/css-partners/partner.html/13296
Fuente:

Berghof Foundation (Hrsg.). 2020. Berghof Glossar zu Konflikttransformation und Friedensförderung. 20 Essays zu Theorie und Praxis. Berlin. Páginas 96- 103

Traducido por Rita Muckenhirn. 01.01.2022