En las organizaciones, redes y espacios de compromiso social y político formamos una y otra vez equipos de trabajo. Muchas veces no estamos conscientes de las fases de desarrollo por las que pasa un equipo y cuando surgen tensiones o conflictos los ignoramos o buscamos culpables. Esto puede afectar el bienestar de cada integrante, provocar fracturas y salidas de personas y seguramente quitará mucha energía lo cual nos impide alcanzar el objetivo propuesto.
Acá les presentaremos dos ejercicios y les queremos invitar a que los apliquen:
El ejercicio “Una imagen dice más que mil palabras” es muy útil para iniciar la reflexión sobre nuestra dinámica grupal.
Si lo aplican fuera del espacio de esta formación, hagan primero el ejercicio a nivel individual, sólo usted misma(o) para familiarizarse con la herramienta y tomar conciencia sobre su propia percepción.
Luego comiencen siempre con un espacio donde se sientan con la seguridad y confianza requerida para comenzar a practicar.
Al aplicar el ejercicio de la imagen al inicio de un proceso de conformación de un grupo o equipo puede servir también como una espacie línea base o foto inicial de cómo lo percibimos al inicio y cómo ya cambiado a lo largo del proceso.
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El modelo del “Reloj de desarrollo del equipo” es útil para darnos cuenta que cada grupo o equipo pasa por distintas fases de desarrollo y que éstas son totalmente normales.
Al tener conciencia sobre estas fases de desarrollo podemos tomar las medidas necesarias e introducir prácticas según las necesidades que tiene el equipo en cada fase.