Revisen periódicamente el resultado de lo que está haciendo, y luego hagan mejoras graduales en lo que hacen y en cómo hacen lo que hacen basado en los aprendizajes para poder adaptarse a los cambios cuando sea necesario y mantener o mejorar la efectividad a lo largo del tiempo.
Mientras que los principios de Empirismo y Consentimiento revelan oportunidades de aprendizaje, la Mejora Continua se refiere a lo que hacemos con lo que aprendemos.
La Mejora Continua se aplica a la forma en que manejamos nuestras operaciones y procesos, pero también a la gobernanza.
Todo, desde la evolución de estrategias, políticas, procesos y directrices, hasta el desarrollo de productos, servicios, competencias y habilidades, actitudes y comportamientos, valores elegidos y herramientas, todo puede mejorarse continuamente.
La evolución suele ser más eficaz y sostenible que la revolución, que rara vez es necesaria o merece la pena, a menos que no se mejore continuamente un sistema cuando es necesario.
Especialmente en un entorno complejo, introducir muchos cambios en un sistema al mismo tiempo puede provocar un desorden difícil de arreglar. Las consecuencias derivadas de intervenciones de mayor envergadura suelen ser difíciles de medir con eficacia, sobre todo en la complejidad, y la relación entre causa y efecto será difícil, si no imposible, de determinar y evaluar.
En su lugar, considere la posibilidad de cambiar las cosas de forma incremental cada vez que vea una oportunidad de mejora pequeña y valiosa, reduciendo significativamente la necesidad de una gran intervención. Esto le ayudará a adaptarse eficazmente a entornos cambiantes, mantener su organización y sistemas y evitar que las cosas caigan en un estado costoso o incluso imposible de que sea costoso o incluso imposible de reparar.
Incluso cuando sea necesario un gran cambio, vaya paso a paso, averiguando paso a paso, averiguando cómo deben ser las cosas y ajustando lo que se va aprendiendo. Con pequeños cambios, las suposiciones pueden probarse rápidamente y el fracaso es más manejable. Cuando un pequeño experimento fracasa puede aprender rápido y, si es necesario, utilizar lo aprendido para desarrollar un experimento mejor. Cuando fracasa un experimento grande, puede invertirse mucho tiempo y esfuerzo sin aprender sin aprender gran cosa.
Ten en cuenta que si cambias varias cosas a la vez, puede que no seas capaz de determinar cuál de ellas es la que más te interesa. no podrá determinar cuál de ellas produce los efectos que observa, así que Intente realizar uno o sólo unos pocos cambios simultáneos.
Defina los resultados que espera obtener con un cambio y tenga claro cómo evaluará lo que ocurra.
Cuando introduzca cambios, tenga claro qué quiere mejorar.
¿Qué consecuencias positivas quieres amplificar y qué consecuencias negativas quieres amortiguar?
Monitoree las consecuencias de sus acciones y reflexione sobre lo aprendido. Preste atención a lo que ocurre realmente y a si los resultados de sus intervenciones reflejan o no sus suposiciones e intenciones.
Esto le ayudará a saber si sus cambios han producido mejoras o no.
Recuerda que aunque a veces las cosas no salgan como esperabas, esto no significa necesariamente que los resultados sean negativos. A veces las cosas salen de forma diferente a como habíamos supuesto o pretendido. Todos los resultados nos ayudan a aprender.
Mantente abierto(a) a lo que ocurra, considera los pros y los contras de las consecuencias imprevistas que surjan y reconoce cuándo sería beneficioso hacer las cosas de otra manera o aspirar a resultados diferentes.
Fuente:
Bockelbrink, Bernhard; Priest, James; David, Liliana (2022). Guía práctica para la evolución de organizaciones ágiles y resilientes con Sociocracia 3.0. v2022-04-26. Traducido por Rita Muckenhirn, Julio 2023.