Un día un hombre se llevó a su hijo al campo para enseñarle cómo vive la gente pobre.
Padre e hijo pasaron un día y una noche en la granja de una familia muy pobre.
Cuando regresaron, el padre preguntó a su hijo: “¿Qué tal el viaje?”.
“¡Muy interesante!”, respondió el hijo.
“¿Y has visto lo pobre que puede llegar a ser la gente?”. “Sí, padre, lo he visto”.
“¿Qué aprendiste?”, preguntó el padre.
El hijo contestó: “Vi que nosotros tenemos un perro y la gente de la granja tiene cuatro. Tenemos una piscina que llega hasta la mitad de nuestro jardín y ellos tienen un lago que no se detiene en absoluto. Tenemos magníficas lámparas en nuestro jardín y ellos tienen las estrellas. Nuestra terraza llega hasta el jardín delantero y ellos tienen todo el horizonte”. El padre se quedó sin habla. Y el hijo añadió: “Gracias padre por mostrarme lo pobres que somos”.
Fuente:
Milling, Hanna. 2020. Storytelling -Konflikte lösen mit Herz und Verstand. Wolfgang Metzner Verlag. Frankfurt. S. 119
¿Qué nos enseña esta historia sobre los prejuicios?
¿Qué más podemos aprender de ella en relación con ….? Pobreza, riqueza, relatividad, posesiones, envidia, felicidad, ser feliz, satisfacción, modestia, moderación, paz interior, cambio de perspectiva, re-interpretación, error, replanteamiento, dejar ir o soltar, llegar a lo esencial, evaluación, experiencia inversa, educación, aprecio…