El sociólogo Max Weber define el poder como:
Cualquier oportunidad dentro de una relación social para hacer valer la propia voluntad incluso frente a la oposición, independientemente de en qué se base esta oportunidad.
Los psicólogos French y Raven (1959) diferencian entre
- Poder de sanción (poder de premiar y castigar)
- Poder de los expertos (poder de la información: “el conocimiento es poder”)
- Poder de identificación (la persona poderosa se convierte en la persona de referencia o referente con la que los demás se identifican y siguen)
- Poder legitimado (influencia asegurada y aceptada por las estructuras sociales).
El sociólogo francés Pierre Bourdieu, fallecido en 2002, remonta el poder al capital. Bourdieu distingue tres tipos de capital: económico, cultural y social.
- El capital económico es una fuente de poder decisiva en los conflictos sociales.
- El capital cultural incluye la educación, los bienes culturales como libros, pinturas, instrumentos musicales (objetivados) y los títulos y derechos de educación formal (institucionalizados).
- El capital social se basa en las redes sociales, las relaciones y los “enchufistas”.
Otros autores añaden;
- el capital lingüístico o simbólico,
- el capital físico (salud, atractivo, rendimiento, género, edad),
- el capital jurídico (estatus legal, ciudadanía, capacidad empresarial) y
- el capital ecológico (contaminación ambiental, calidad del entorno vital y del lugar de trabajo).
En los conflictos asimétricos, la parte con menos poder puede disponer de menos capital que la parte con más poder, que normalmente ha conseguido acumular varios tipos de capital, siendo el capital económico el que juega un papel clave en el capitalismo. A menudo está vinculado al poder político o ejerce influencia en el sistema político. Esta constelación da lugar a una “cultura de la dominación” (Diana Francis), en la que los aspectos de género desempeñan un papel importante.