Introducción
Módulo 1: Activismo Sostenible y Organización
Módulo 2: Modelos Organizacionales
Módulo 3: Co-Crear nuestro Modelo Organizacional
Módulo 4: Herramientas para la Resiliencia Colectiva

La célula en la estructura celular

La unidad de generación de resultados más pequeña de una estructura de valor agregado es el equipo, su contenedor lo llamamos “célula”, el límite de la célula de la unidad de generación de resultados la membrana celular.

Como veremos, las estructuras celulares siempre deben pensarse y diseñarse desde fuera hacia dentro, desde los equipos de la periferia cercanos al grupo meta, usuario o cliente.

La generación organizacional de valor o cambios nunca es la suma de las actuaciones de los actores individuales: está integrada en el proceso colectivo y social de actuación conjunta de los actores. El rendimiento individual en las organizaciones es, por tanto, un mito. Ni más ni menos. A diferencia de un departamento, una división, un silo o un área funcional, una célula en una estructura celular no funciona en dependencia, impulsada por un control externo.

Más bien funciona como una mini-organización altamente autónoma que persigue su propio negocio u objetivo. Una célula puede ser controlada desde fuera, desde el mercado, el sector o el contexto, no desde “arriba” o por “jefes”.

La estructura celular significa construir el todo en sus partes. En sus células.
En consecuencia, las mismas funciones pueden encontrarse en diferentes, incluso muchos equipos o células.

La célula individual de una estructura celular puede funcionar como una mini-organización en la empresa si está dotada de todas las funciones que necesita para poder dirigir su propio ámbito de actuación de forma suficientemente autónoma (sin control externo).

El número de roles existentes en una célula puede ser múltiplo del número de miembros del equipo. Es lo que llamamos integración funcional.


La lógica taylorista tradicional consistía en construir el todo a partir de partes separadas y monofuncionales, siguiendo el principio de la división funcional.

La comunicación entre células se produce a nivel horizontal. Para ello, la organización en el diseño de la estructura celular cuenta con interfaces humanas, “costuras” humanas.

Debido al alto grado de integración funcional, los procesos de trabajo tienen lugar en gran medida dentro de células individuales. Como resultado, la necesidad de describir y coordinar procesos a través de las interconexiones desaparece en gran medida, paralelamente a la desaparición de las propias interconexiones.

A diferencia de un área, un departamento o división, un equipo funcionalmente integrado opera dentro de una célula, comparable a una organización emergente o start-up. La célula se caracteriza por el trabajo en forma de unión, no de yuxtaposición paralela.

Por supuesto: el trabajo en equipo se glorifica con demasiada frecuencia, el concepto de equipo se utiliza inflacionariamente – en algunos lugares se llama equipo a todo aquello en lo que se reúnen muchas personas.

Una célula, sin embargo, debe crear las condiciones para la autoorganización, la autodisciplina y la densidad comunicativa. Por eso los equipos celulares deben tener un tamaño limitado, de 8 a 10 personas como máximo. Mejor aún, sólo de cinco a siete.

Los miembros del equipo deben ser “diversos” pero “igualmente competentes”.

La autoorganización dentro de una célula requiere un marco común, una esfera de equipo común. A partir de estos indicadores del rendimiento de los equipos, podemos ver: En las organizaciones celulares, lo contrario de “ordenado” no es “libre”, sino “disciplinado”.

La orden puede prescribirse, la disciplina no. Requiere autoorganización y aceptación de la responsabilidad.

Esto puede, debe tener lugar en la estructura celular y dentro de los equipos celulares.

Lo relativamente permanente vence a lo temporal

Las células en el diseño de una estructura celular son básicamente de dos tipos: pueden ser

  • más permanentes o
  • deliberadamente temporales.

Una célula permanente, o “relativamente permanente”, puede ser, por ejemplo, una tienda, una sucursal, una oficina, una región, una línea de producción.
Una célula periférica temporal suele surgir en torno a un proyecto, un contrato importante, una obra, un oficio.
Una célula central temporal suele formarse para un proyecto de innovación. La célula única se constituye aquí para un único proyecto que dura quizá dos o tres, quizá seis meses, y luego se disuelve de nuevo.

Las células temporales de corta duración son posibles en el diseño de estructuras celulares, pero no suelen ser deseables. Cuanto más breve sea una constelación celular, menos probable será que se desarrolle una cooperación vinculante dentro del equipo.

Es deseable una “estabilidad relativa de la célula” o una vida útil de la célula de al menos 18 meses (teniendo en cuenta las fluctuaciones/ingresos y salidas normales y los riesgos normales del contexto o mercado) para que la compleja dinámica de equipo para el desarrollo de la responsabilidad empresarial tenga tiempo de desarrollarse.

Recordemos:

El término célula se refiere a las unidades de un diseño de estructura celular 
dentro de las cuales puede desarrollarse la máxima autoorganización de un equipo.

Fuente:

Pfläging, Niels; Hermann, Silke. (2020). Zellstrukturdesign. Vahlen, München. Páginas 56 – 59.

Traducido y adaptado por Rita Muckenhirn. 15.07.2023