Te doy la bienvenida a la reflexión de hoy
Hoy, imaginate que estamos escuchando una radio y espero que haya algo en esa radio que te sea útil.
Tómate un tiempo fuera de la vida cotidiana y profundicemos juntos(as) en un tema que nos afecta a todos y todas: el carrusel interminable de pensamientos.
Esa voz interior que constantemente nos recuerda los errores o crea escenarios de terror para el futuro.
El espectáculo del desastre, como a veces lo llamo.
Imagínate que estás sentado(a) en tu sofá, tu sillón o quizás te fuiste a acostar a tu hamaca después de un largo día.
En realidad, es hora de descansar.
En realidad, pero hay un programa constante ejecutándose en tu cabeza.
¿Dije algo estúpido en la reunión anterior?
¿Y qué pasa si no cumplo con el plazo mañana?
Tu radio mental está transmitiendo a todo volumen y vos sos la única persona oyente.
Sin embargo, el espectáculo en el que desempeñas permanentemente el papel principal no es un drama imparable, sino un thriller psicológico angustioso en el que ni siquiera escribiste el guión.
¿Lo sabías? Esta charla constante que no se puede apagar. Quizás ya hayas probado algunas estrategias.
Distraerse con las redes sociales, una copa de vino por la noche y desconectar la cabeza.
O la esperanza de que con pensamientos positivos puedas simplemente encender una segunda radio más agradable. Pero todo esto a menudo sólo funciona a corto plazo o incluso empeorarlo.
Porque si dos estaciones de radio funcionan al mismo tiempo, sólo se crea más caos.
¿Pero qué pasa si no se trata de apagar la radio del desastre? ¿Qué pasaría si pudieras simplemente percibirlo como ruido de fondo, sin que se convirtiera en algo estresante en tu vida, sin que dictara tu vida?
Imagínate que estás leyendo un libro realmente cautivador.
A la par suena música tranquila de fondo. La notas, pero no es el centro de tu atención.
Esto es exactamente lo que puedes lograr con tu radio mental.
El objetivo no es deshacerse de los pensamientos negativos, porque eso no funciona.
Los pensamientos son sólo pensamientos.
Ellos vienen y van.
Se trata de notarlos y aceptarlos.
Y a la vez seguir concentrándote en lo que es realmente importante para vos.
Vamos a intentar un pequeño cambio de perspectiva.
Imagina que tus pensamientos fueran un animado presentador de radio que habla y parlotea constantemente a lo largo de tu vida.
Su trabajo es de advertirte, prepararte, recordarte de todo lo que potencialmente podría salir mal.
A veces es útil.
Muchas veces es simplemente molesto.
¿Qué tal si simplemente le haces un gesto amistoso a este presentador de radio y luego continúas con lo que es realmente importante para vos?
La próxima vez que vos, la persona protagonista de tu vida, te das cuenta de que el espectáculo de desastres y de catástrofes está en marcha nuevamente, te detienes.
Respiras profundamente y te dices a vos misma(o):
“Ah, ahí estás otra vez, mi radio de catástrofes.“
Entonces simplemente percibes tus pensamientos sin juzgarlos. Quizás incluso agregues:
“Gracias, cabeza, por advertirme.”
Quizás suene extraño, pero eso es precisamente lo que crea distancia. Vos no sos tus pensamientos.
Sos la persona que observa tus pensamientos.
En lugar de luchar contra tus preocupaciones, puedes dejarlas pasar como nubes en el cielo.
Tu atención se centrará entonces en lo que es realmente importante para vos.
Una conversación con un amigo, un buen libro o un momento de paz.
Estos momentos son los que hacen que valga la pena vivir; y no la repetición interminable de los peores escenarios en su cabeza.
Quizás quieras probarlo vos mismo(a).
Y aquí tienes un pequeño ejercicio.
La próxima vez que se encienda tu radio mental, haces una pausa por un momento, respiras profundamente y te dices para vos mismo(a):
“Gracias, cabeza, por intentar advertirme.”
Siente tus pies en el suelo,
nota tu respiración,
y pregúntate: ¿qué es realmente importante para mí en este momento?
Esta técnica proviene de la terapia de aceptación y compromiso, un método que nos ayuda a ver nuestros pensamientos no como verdades absolutas, sino como lo que realmente son.
Palabras y frases que zumban en nuestras cabezas.
Puedes aprender a apagar la radio de catástrofes decidiendo conscientemente qué pensamientos merecen tu atención y cuáles pueden simplemente continuar en el fondo.
Aprende a bajar el volumen de la radio todos los días.
Cada día un poquito más.
Y recuerda, no so tus pensamientos, sino la persona que los escucha.
Muchas gracias por tu atención.
Fuente: Schön, Christopher. ACT Podcast. https://open.spotify.com/episode/5ghamctGII06vUwtx4OJXb?si=ce5fc7a9ac02422b. Traducido y adaptado por Rita Muckenhirn.