En muchas tradiciones, la conciencia de lo que es se describe como un campo en el que se puede plantar una variedad de semillas.
La calidad de vida depende de la elección de las semillas. Cuando las semillas de la aceptación brotan en el campo de la conciencia, promueven la paz interior y la serenidad. Sin embargo, es importante que comprendamos realmente qué significa aceptar:
Lo que significa aceptar y lo que no significa.
Este cambio en nuestra experiencia emocional nos permite vivir una vida plena.
No es un hecho que lo consigamos. Es un camino de crecimiento que transitamos paso a paso.
Para ello, también nos pueden ayudar, por ejemplo, las siguientes herramientas
La respiración consciente por sí sola puede resultar muy útil en algunas situaciones. Incluso una breve pausa y unas cuantas respiraciones conscientes, donde simplemente observas cómo el aire fluye hacia tu cuerpo cuando inhalas y cómo sale de él nuevamente cuando exhalas, sin cambiar nada, te devuelven al presente, al aquí y al ahora.
Aprendes a percibir lo que es más conscientemente.
En medio de una situación difícil, la visualización puede ser una herramienta para avanzar hacia la aceptación de lo que es.
Cuando visualizamos, creamos una imagen mental en un estado relajado que tiene como objetivo crear un estado mental deseado o promover el logro de una meta.
Cuando nos golpea un golpe del destino, podemos tener la impresión de que nos abrumaremos o incluso nos volveremos locos. Ya no es posible dormir y todo tipo de pensamientos dan vueltas en nuestra cabeza sin cesar y simplemente no podemos encontrar la paz.
En esos momentos, la visualización es útil. A continuación se muestra un ejemplo de un ejercicio de visualización.
Siéntate o acuéstate cómodamente.
Si te sientes cómodo(a) y si fuese posible, pon música suave y tranquila, como música de meditación o cualquier cosa que tenga un efecto calmante y relajante en usted.
Cierra los ojos y concéntrate completamente en tu respiración (tal como fue descrito en la sección de “respiración consciente”.
Después de dos o tres minutos, cuando te hayas calmado un poco, imagina una bola de luz suave flotando sobre tu cabeza.
Muy lentamente, con tu consentimiento, la bola desciende y entra en tu cabeza, donde transforma todos los pensamientos de miedo, tristeza y enojo en una luz tranquilizadora.
Después de un tiempo sólo queda la luz en tu cabeza y surge en tu interior un sentimiento de paz. Poco a poco tu pecho se abre a esta luz, tus latidos se vuelven más tranquilos.
Luego, muy lentamente, cada parte de tu cuerpo recibe esta luz hasta que eres completamente penetrado por ella, luminoso, pacífico, libre de toda tensión.
Haz el ejercicio a tu propio ritmo y tómate el tiempo que necesites.
Cuando sientas que toda la tensión que hay en ti se ha convertido en luz, detén el ejercicio.
Abra los ojos, primero mueve suavemente los dedos de las manos y de los pies, luego levántate lentamente y regresa a tu rutina diaria y actividades normales.
Ahora estás en mejores condiciones de afrontar lo que es y lo que está por venir.
Hablar de dificultades y problemas y confiar en alguien hace bien, se siente bien. Todas las personas están de acuerdo en eso. Pero primero hay que encontrar a la persona adecuada con quien hablar.
Para aceptar lo que es, a menudo es útil encontrar un verdadero amigo o familiar que sepa escuchar bien sin dar consejos ni hacer comentarios. Una persona así no siempre es fácil de encontrar. Por tanto, puede ser necesario buscar ayuda profesional, por ejemplo de un coach de vida, un psicoterapeuta o un pastor.
Algunas personas prefieren escribir a hablar. Según estudios de humanidades, esta puede ser una solución extremadamente satisfactoria y liberadora.
Se trata de escribir una carta a quienes crees que son los causantes del problema y contarles, sin censura, todo lo que se te ocurra. Luego, cuando hayas terminado, la carta se quema. También puedes escribirle a una persona que ya falleció.
Incluso puedes escribirle a Dios si lo haces responsable de tu situación.
Darle un color o una forma a nuestra ira, tristeza y miedo a veces puede significar que podemos vivirlos de manera más consciente y superarlos más fácilmente.
Todo lo que necesitas es papel, lápices de colores o pinceles y pinturas. También puedes grabar estas imágenes si lo deseas. Puedes recoger las cenizas, enterrarlas en algún lugar de la naturaleza y luego sembrar flores sobre ellas: prímulas, pensamientos, chinitas, dalias o crisantemos, según la temporada y el lugar donde estás. Las cenizas de las cartas quemadas también se pueden enterrar de esta forma.
Estos rituales, que pueden parecer extraños para nuestra mente racional, en realidad pueden ser de gran ayuda en nuestro camino hacia la aceptación de lo que es.
Cuando regresa la rebelión, la ira resurge y una vez más te sientes tentado a rechazar la realidad, los siguientes remedios pueden ayudarte.
A continuación se muestra un ejemplo de un ejercicio de meditación.
Sentate erguida y percibe conscientemente tu respiración sin cambiarla.
Con cada inhalación y cada exhalación, repite mentalmente una palabra, un mantra, como por ejemplo, paz.
Si te resulta más fácil, también puedes dividir una palabra como calma en “cal…” al inhalar y luego “…ma” al exhalar.
O “sol….tar” o “vi…da”.
Elige un término que sea lo más simple posible y que describa algo que te resultará beneficioso en esta situación.
Y cuando tus pensamientos divaguen, lo cual es normal y sucederá una y otra vez, por favor regresa a tu respiración y a tu mantra.
Después de 10 a 15 minutos, la agitación interna generalmente disminuirá y podrás continuar tu viaje hacia la aceptación de lo que es.
Fuente:
Poletti, Rosette. (2024). Akzeptieren was ist. Scorpio Verlag München. Pág. 99-107
Traducido, resumido y adaptado por Rita Muckenhirn. 22.01.2025.