Como lidiar con las emociones

A veces, lidiar con las emociones puede ser difícil.

Muchas personas tienen dificultades para gestionar las emociones. Ahora sabemos que muchos de los problemas de las personas, por ejemplo, el estrés, los problemas de pareja, los conflictos, el agotamiento, pero también muchas enfermedades mentales pueden estar relacionadas con nuestro manejo de las emociones.

Algunos ejemplos:

• Usted suele experimentar emociones que pueden ser inapropiadas en la situación (por ejemplo, “siempre me siento culpable, aunque no haya hecho nada malo”).

• Usted experimenta emociones, pero ha aprendido que éstas no son buenas (por ejemplo, “no debo enojarme”).

• Usted se juzga a sí mismo(a) por experimentar determinadas emociones (por ejemplo, “me odio por tener miedo”).

• Usted a menudo experimenta emociones muy intensas y luego no sabe cómo manejarlas (por ejemplo, gritar fuerte aunque no sea útil en ese momento).

• A veces hace algo que le perjudica para adormecer un dolor (por ejemplo, beber alcohol, auto infringirse daño).

• Usted o sabe cómo expresar sus emociones y las reprime (por ejemplo, se traga su ira aunque sería útil decir algo). 

El objetivo: gestionar adecuadamente las emociones

El objetivo ahora es encontrar la medida adecuada para lidiar con las propias emociones: ni mucho ni poco. Esto se refiere tanto a las diferentes emociones básicas, es decir, a la diferenciación, como a la intensidad con la que experimentamos las emociones.

Si seguimos saliendo de un rango intermedio de emociones diferenciadas de manera distinta e intensamente experimentadas, la probabilidad de tener problemas en la vida aumenta. [1]

Aunque las emociones no son algo arbitrario, son controlables hasta cierto punto. Por ejemplo, las personas pueden controlar sus emociones reconsiderando si las preocupaciones afectadas por la ocasión son realmente tan importantes, comprobar si su conocimiento subjetivo de la situación del suceso se corresponde con los hechos, al menos cuestionar si sus suposiciones son realmente correctas, tomar conciencia de sus contribuciones propias a la emoción (factores internos), comprobar sus propias posibilidades de actuación en la situación desencadenante.  [2] 

Así, el componente cognitivo de la emoción es el lugar de mando para el control de la emoción. [2] 

Cuando la figura siniestra que ve en la oscuridad resulta ser un buen amigo, el miedo desaparece. Al darse cuenta de que el daño no fue intencionado sino un accidente, la ira desaparece.

Al promover la toma de una perspectiva distinta en la gestión de conflictos, se puede aliviar la indignación, la ira, el odio y el resentimiento. Sin embargo, un requisito previo para ello es que se admitan y se tomen en serio las emociones.

Entonces se pueden tratar en un análisis de las emociones. El análisis de las emociones señala el camino hacia la estructura profunda de un conflicto, y con el procesamiento de este conflicto, las emociones hostiles se evaporarán por sí mismas.

Fuentes:

[1] Glasenapp: Emotionen als Ressourcen: Manual für Psychotherapie, Coaching undBeratung. Mit Online-Materialien von Jan Glasenapp, Weinheim: Beltz, 2013

[2] Mediation: Psychologische Grundlagen und Perspektiven, Montada & Kals, 2007, S.149