INTRODUCCIÓN
MODULO 1: FUNDAMENTOS DE LA TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS
Módulo 2: Comprendiendo el conflicto I - Bases y enfoques
Módulo 3: COMPRENDIENDO EL CONFLICTO II - Herramientas
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Corrientes en la investigación de las emociones

Corrientes en la investigación de las emociones

Existen diferentes enfoques en la investigación de las emociones. Aquí se presentan brevemente dos enfoques, ya que sus premisas pueden ser fundamentales para tratar las emociones en los procesos de transformación de conflictos.

  • Emociones a partir de universales biológicos
  • Emociones como construcciones culturales y sociales según el enfoque constructivista
Emociones a partir de universales biológicos

En las sociedades occidentales, las emociones suelen explicarse a partir de estructuras psicobiológicas (Röttger-Rössler 2004:8) a diferencia de la razón y se atribuyen a los aspectos individuales de una persona. En este caso, se habla de sentimientos primarios y secundarios, por lo que los primeros desencadenan reacciones físicas y son físicamente perceptibles.

Con esta definición de los sentimientos y las emociones, cabe suponer que los sentimientos pueden servir de base para el entendimiento intercultural en la mediación intercultural y la transformación de conflictos. Porque: todo ser humano tiene sentimientos y necesidades y, en consecuencia, todas las personas del mundo pueden referirse a ellos como base para la comprensión (Rosenberg 2001: 51 y ss.).

Rosenberg hace aquí una distinción especial entre los sentimientos y las interpretaciones de los sentimientos. En consecuencia, ha creado un vocabulario de sentimientos que distingue entre sentimientos y no sentimientos.

A diferencia de Marshall Rosenberg, según D.V. Rosenberg (1990) y de acuerdo con la “etnopsicología popular”, sólo cuentan los denominados sentimientos primarios, que en su mayoría incluyen la alegría, la tristeza, el miedo, la ira y el asco. Estos sentimientos suelen asumirse como básicos y universales y tienen los siguientes criterios:

  • Fenómenos neurofisiológicos delimitables: cuando se producen, cada uno de ellos puede percibirse en regiones específicas del cuerpo: por ejemplo, una persona experimenta físicamente la ira con un aumento de la temperatura de la cabeza o de la presión sanguínea, o el miedo con la contracción del estómago o un brote de sudor.
  • Las emociones que aparecen más temprano en la ontogenia humana. Los niños en desarrollo prelingüístico expresan como primeras emociones el miedo o el disgusto (a través del llanto), el bienestar o la alegría (a través de la sonrisa) y la sorpresa o el asombro (a través de la expresión facial).
  • Las emociones básicas tienen el mayor valor adaptativo evolutivo para la supervivencia humana (alegría, ira, tristeza, asco/disgusto, miedo, aceptación, anticipación, sorpresa).

Paralelamente a las emociones primarias existen las llamadas emociones secundarias a las que se suelen sumar sentimientos como la culpa, la vergüenza, la alegría, etc.

Sin embargo, según Marshall Rosenberg, los fenómenos a menudo denominados sentimientos secundarios no son sentimientos, sino productos cognitivos que se construyen mediante conexiones mentales en vista de la conducta y las interpretaciones de la misma y, por tanto, no son sentimientos secundarios “reales”.

El enfoque constructivista: las emociones como construcciones culturales y sociales

Paralelamente al enfoque biológico se encuentra el enfoque constructivista, que define las emociones como dependientes del contexto y orientadas a las relaciones: “El significado emocional es entonces social más que individual – un producto emergente de la vida social” (Lutz 1988).

Según este supuesto, los sentimientos muestran una fuerte correlación con los valores culturales y las relaciones sociales y deben entenderse como construcciones cognitivas construidas culturalmente. Esto significa que un sentimiento se desencadena por una situación, por un lado, pero también se desarrolla por otro. En consecuencia, los mismos conceptos de emoción pueden tener sensaciones, contenidos, significados y dinámicas profundamente diferentes en distintos contextos culturales. Así pues, las emociones también reflejan valores específicos de la cultura (cf. Lutz 1988) y, por tanto, ofrecen una clave del mundo social (Rosaldo 1984), que también podemos utilizar en la mediación intercultural y la transformación de conflictos.

El diagrama que se muestra aquí ilustra los aspectos que afectan a las emociones en las situaciones y que también entran en juego en la situación intercultural (según Scherer et al 1986: 27)

Fuente:

Mayer, Claude-Hélène. 2008. Trainingshandbuch Interkulturelle Mediation und Konfliktlösung. Waxmann. Münster. P 153 – 155