El primer paso de la transformación de un conflicto es la comprensión del conflicto. Muchas veces se denomina este proceso simplemente como análisis del conflicto, entendiéndolo como el proceso global, que Glasl denomina “diagnóstico” y que al mismo tiempo divide en tres fases: Anamnesis, análisis y diagnóstico.
El objetivo es reconocer la situación del conflicto en su complejidad y obtener una comprensión holística del mismo para encontrar posibles enfoques para una gestión constructiva y así contribuir a una construcción de la paz y la transformación del conflicto sostenibles.
En la práctica de la cooperación al desarrollo y el trabajo por la paz, en la fase de planificación de los proyectos de paz y desarrollo se elabora un diagnóstico del conflicto que debe servir de base para todos los procesos posteriores.
Representa el elemento central para poder intervenir en la situación en el curso posterior del proyecto o procesos de transformación del conflicto de una manera sensible al conflicto y promoviendo la paz con un conocimiento contextual más profundo.
Un diagnóstico del conflicto debe tener en cuenta lo que es común a todos los conflictos, pero también la singularidad de cada uno de ellos.
Las herramientas que se presentan en este módulo son principalmente técnicas de visualización. Centran la atención y son muy adecuadas para representar gráficamente los procesos sociales y las cadenas de causa-efecto desde una perspectiva determinada.
Sin embargo, no hay que olvidar que toda visualización conlleva una reducción muy considerable de la complejidad.
Los gráficos estrechan la vista, se centran en ciertos elementos estructurales y dejan fuera otros. Muchos reflejan una comprensión lineal de la realidad de simples relaciones causa-efecto. Esto deja poco espacio para el pensamiento dialéctico en red ni para una comprensión cíclica del tiempo.
Además, los análisis de los conflictos redactados por una de las partes/persona/organización del conflicto e incluso de terceros suelen adolecer de subjetividad.
La unilateralidad y la subjetividad pueden reducirse mediante la inclusión de diferentes perspectivas, por ejemplo, a través de un análisis del conflicto concebido en equipo o mediante la realización conjunta del análisis del conflicto con otros socios o aliados (perspectiva multi-actor) o con los actores locales o las propias partes del conflicto.
Además, la posición del autor o de la autora de un diagnóstico debe reflexionarse: En lo que respecta a la comprensión del conflicto y los enfoques de intervención, es muy diferente que el análisis del conflicto lo prepare una organización de derechos humanos, una organización de cooperación al desarrollo, la ONU, el ejército o la OEA, el gobierno, la iglesia o el consejo de la empresa privada.
Las herramientas de diagnóstico de conflictos que se presentan aquí son apoyos (entre otras también didácticos) que pueden aplicarse si ayudan a comprender el conflicto y encontrar pistas para su transformación. Si fuese necesario, es aconsejable desarrollar nuevas herramientas de análisis de conflictos que sean más apropiadas para el respectivo contexto cultural y la situación, o adaptar las herramientas de análisis al contexto. Aquí es donde se necesita su sensibilidad y creatividad.
En primer lugar, una observación sobre la abundancia de métodos: puede esperar un módulo con numerosas herramientas y modelos de análisis. Por supuesto, estas no son todas las herramientas disponibles para analizar los conflictos, pero son muchas. No pretenda dominar todas estas herramientas al final del módulo. Puede probar muchas de ellas, descubrirá algunas que le sean más útiles o le aporten nuevos conocimientos. Y no pasa nada si algunas herramientas le parecen pesados o poco manejables.
Lo importante es que pruebe como mínimo una herramienta para cada elemento esencial del conflicto (tema, proceso, actores, etc.) y resuma sus conclusiones en un diagnóstico al final. Fuente: ForumZFD. 2019 Paz y transformación de conflictos. BK