INTRODUCCIÓN
MODULO 1: FUNDAMENTOS DE LA TRANSFORMACIÓN DE CONFLICTOS
Módulo 2: Comprendiendo el conflicto I - Bases y enfoques
Módulo 3: COMPRENDIENDO EL CONFLICTO II - Herramientas
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Emociones y su sentido

Las emociones no se producen activa y arbitrariamente como los pensamientos o los recuerdos, surgen, se experimentan, por no decir que se sufren. La palabra latina “passiones” y la francesa “passions” contienen tanto el sufrimiento como la pasión de la emoción. Las emociones son las que mueven y las personas son las que se mueven por las emociones. Lo que el individuo puede hacer activamente es lidiar con este ser conmovido para volver a ser dueño del movimiento, de lo contrario puede ocurrir que las emociones lo arrastren [1].

Las emociones regulan los límites. 

Todas las personas tienen límites a su alrededor. Hay muchas fronteras visibles, como las fronteras de los Estados, la valla del vecino, la puerta de la casa o del apartamento. Pero también hay muchas fronteras invisibles. Estas fronteras crean identidad. Es decir: para poder decir “yo”, tengo que tener una idea de lo que es el “no-yo”, es decir, lo que es mi entorno, lo que son los demás. La diferencia entre “yo” y “no-yo” es un límite.

Todos nuestros límites tienen que ver con las necesidades básicas y ahí es donde las emociones entran en juego. Su función más importante es señalar a nosotros(as) y a las y los demás que está ocurriendo algo que tiene que ver con nuestras necesidades básicas. A continuación, motivan una acción para cambiar la situación, de modo que nuestras necesidades queden satisfechas y aseguradas. Así, las emociones nos ayudan a regular los límites que nos rodean, a ampliarlos cuando conseguimos algo que es importante para nosotros(as) y a protegerlos cuando se ven amenazados por algo.

Escenarios clave. 

Esta teoría puede ilustrarse bien con imágenes. Las imágenes representan una situación típica que conforma la emoción. Utilizando estas imágenes o escenarios clave, puede comprobar si la emoción que usted u otra persona está experimentando se ajusta a este escenario clave[2].

Alegría

Momentos de alegría, momentos que pueden desencadenar la alegría, nos enriquecen, nos expanden. Puede ser cuando recibimos algo que valoramos positivamente de acuerdo con nuestros objetivos, nuestras necesidades básicas: un objeto codiciado, la atención de un ser querido, la afirmación de una persona valiosa, la sensación de logro al superar un reto, pero también el sentimiento de profunda conexión con la vida al ver un amanecer. Nuestros límites se expanden, acogemos algo, nos hacemos más grandes. El escenario clave de la alegría es la expansión de nuestros límites a través de algo que valoramos, que nos gusta, que exigimos. Queremos más de ello.

Tristeza

Experimentamos tristeza en el momento en que nos damos cuenta de una pérdida. Entonces nos han quitado algo importante, algo que significa mucho para nosotros(as): algo material como un objeto, una persona querida, pero también algo inmaterial como la esperanza, la confianza, un éxito esperado o la idea de algo nuevo. la esperanza, la confianza, un éxito esperado o la idea de algo que damos por sentado (por ejemplo, salud, amor o felicidad duraderos). Esta pérdida desgarra una herida en nuestros límites y eso duele. El duelo ayuda, a curar nuestros límites de nuevo, aunque queden cicatrices, y volvemos a estar preparados para lo que viene. El escenario clave del duelo es la violación de nuestros límites tras la pérdida de algo que es importante para nosotros(as), que nos gusta, que echamos de menos. Lo queremos de vuelta.

Miedo

El miedo nos ayuda a proteger nuestros límites. Cuando éstas se ven amenazadas, activamos diversas estrategias de defensa.

En el caso del miedo, creamos distancia de la amenaza huyendo, si es posible.  O tal vez nos hacemos pequeños, nos adaptamos También podemos hacernos pequeños, adaptarnos, mantener la boca cerrada, intentar ofrecer a la amenaza la menor superficie de ataque posible. El escenario clave del miedo es proteger nuestros límites de una amenaza creando distancia.

Ira

La ira, al igual que el miedo, tiene que ver con la protección. Proteger nuestros límites en caso de ira va desde establecer un límite claro, hasta enfrentarse a la amenaza, pasando por decir que “el ataque es la mejor defensa”. La fuerza necesaria para decir “No” en una situación de amenaza, para decir “¡Alto! Hasta aquí y no más allá”.- no obtenemos esta fuerza de la alegría, ni de la tristeza, ni mucho menos del miedo. Por lo tanto, el escenario clave de la ira es proteger nuestros límites de una amenaza estableciendo límites y, si es necesario, enfrentándose a ella.

Asco

El asco se activa cuando ya se ha cruzado un límite. Algo se ha acercado mucho a nosotros(as) y quizás ha violado nuestros límites. Sólo después nos dimos cuenta de que era algo negativo. Ahora tiene que salir de nosotros(as), lejos.

Sorpresa

También en la sorpresa, algo ha traspasado repentinamente nuestros límites. Todavía no podemos evaluarlo, pero nos preparamos para todo.

Fuentes:

[1] Rudolf, Gerd (2013): Strukturbezogene Psychotherapie. Leitfaden zur psychodynamischenTherapie struktureller Störungen. Stuttgart: Schattauer GmbH

[2] Glasenapp: Emotionen als Ressourcen: Manual für Psychotherapie, Coaching und Beratung. Mit Online-Materialien von Jan Glasenapp, Weinheim: Beltz, 2013