¿Cómo puede contribuir el sistema educativo?
Las escuelas representan un potencial inmenso para construir la paz y prevenir recaídas a conflictos violentos. Desafortunadamente los sistemas educativos promueven más la competencia – y por ende la desconfianza – en lugar de la cooperación que se basa en la confianza.
Aunque el sistema en su conjunto no propicie la (re)construcción de la confianza, cada educador(a) puede contribuir desde su espacio.
- Facilitar grupos de diálogo, talleres de resolución de problemas, simulaciones y juegos de roles, para practicar la construcción de confianza en las distintas etapas de las relaciones.
- Propiciar espacios de reflexión sobre estas experiencias y cómo los alumnos gestionan sus reacciones emocionales en procesos de (re)construcción confianza, es decir, cómo pasan de la sospecha y el miedo a la benevolencia y la esperanza.
Estas experiencias permiten a las y los alumnos desarrollar sus competencias de (re)construcción de confianza en un entorno seguro y con suficiente distancia de entornos que están emocionalmente más cargados y en los que la confianza puede ser difícil de establecer y fácil de romper.
- En contextos de conflictos escalados, las escuelas pueden brindar un espacio seguro que ayuda a las partes del conflicto a reconstruir la confianza al brindar espacios como talleres, grupos de diálogo, ferias escolares que faciliten que ambas partes se encuentren y compartan espacios comunes. Sin embargo, esto no es suficiente, se tiene que dar el siguiente paso.
- Integrar a la currícula programas seguros y estructurados que pueden permitir a las víctimas articular sus intereses y expectativas, y cómo éstos fueron violados, y a la vez proporcionar al infractor un entorno que pueda facilitar sus esfuerzos de reconciliación y reparación de la confianza.
Fuente:
Nooteboom, Bart (2010). La dinámica de la confianza: comunicación, acción y terceras partes
Revista de Economía Institucional, vol. 12, n.º 23, segundo semestre/2010, pp. 111-133