Cuando queremos hablar con alguien, muchas veces sólo nos resulta difícil cuando tenemos que dar una mala noticia; cuando tenemos que aclarar algo en situaciones conflictivas; cuando nosotros(as) mismos(as) simplemente no queremos agobiarnos ni agobiar a la otra persona con el tema concreto y, sin embargo, tenemos que hacerlo porque hay que aclarar algo o simplemente porque queremos tener el asunto fuera de la mesa para poder seguir trabajando; simplemente para poder seguir viviendo nuestra vida cotidiana con normalidad; para que algo avance y podamos dejar atrás esa parálisis que los temas difíciles traen consigo de una u otra manera.
Para este requisito previo, el método de “Gestión coherente del diálogo” es especialmente adecuado. Se trata de una mezcla de diferentes enfoques que ya existen en la comunicación y que he desarrollado en muchos lugares para la transmisión de mensajes difíciles o para la aclaración en los conflictos y que ahora me gustaría presentarles.
Para tener una vista general sobre los diferentes tipos de empatía y las bases para la gestión coherente de diálogos, revisen la siguiente presentación.
Ahora, por favor, lean esta herramienta y apliquen las guías de reflexión.