Las y los participantes
Un reto permanente para quienes trabajamos primordialmente con personas y especialmente quienes tenemos cargos de dirección o facilitamos procesos de aprendizaje y desarrollo, es la reflexión sobre nuestro propio estilo de comunicación. Para ello, es sumamente útil aplicar el modelo teórico de los cuatro lados del mensaje desarrollado por Schulz von Thun. O sea, aterrizaremos la teoría comenzando por nosotros(as) mismo(as).
Las y los participantes reflexionan a partir de un test sobre su propio estilo de comunicación.
Este test fue desarrollado por Thomas Schmidt y adaptado para el contexto centroamericano específicamente para fines de reflexión, no para desarrollar estudios científicos.
Se realizará una evaluación sociométrica para visualizar cómo se distribuyen los estilos de comunicación a lo interno del grupo. Es tanto para los participantes como para la facilitadora revelador poder ver qué estilo de comunicación predomina en el grupo.
El ejercicio consiste en los siguientes 4 pasos:
1º Paso: Orientación de la facilitadora
2º Paso: Test de comunicación (individual)
3º Paso: Breve intercambio en parejas
4º Paso: Evaluación sociométrica en el grupo
La pregunta ahora es: ¿Cómo es su estilo de comunicación?
Para ello, vamos a realizar un test de autovaloración.
Hay 12 situaciones diferentes con 4 posibilidades de respuesta respectivamente.
Haga una cruz en la respuesta que concuerda más con su estilo de comunicación actual.
No hay respuestas “correctas” o “incorrectas”.
Lo mejor es que identifique su respuesta de manera espontánea.
Luego traslada los resultados de sus respuestas en la hoja de evaluación que se encuentra al final del ejercicio.
Las y los participantes llenan el siguiente test de comunicación.
Esta reflexión es individual. En el intercambio posterior cada participante sólo necesita revelar lo que quiere compartir.
En este test de auto valoración sobre su estilo de comunicación se trata de identificar sus reacciones espontáneas en relación a diversas situaciones. Por todo hay 12 situaciones diferentes con cuatro posibilidades de respuestas respectivas.
Por favor, marque la respuesta correspondiente que concuerde más con su estilo de comunicación.
No hay respuestas “correctas” o “incorrectas”. Marque de manera muy espontánea aquella reacción por la que probablemente se decidiría en cada situación.
Luego evalúan los resultados con la siguiente hoja de evaluación.
Cuando todos los y las participantes han terminado con la evaluación del test, la facilitadora les solicita intercambiar brevemente en parejas:
Este paso consiste básicamente en tres actividades.
Después de cinco minutos termina el intercambio y se orienta al grupo la evaluación sociométrica.
Para ello, la facilitadora coloca tarjetas de moderación con las denominaciones de las diferentes “orejas” en el suelo.
Les solicita que se ubiquen en la oreja más fuertemente desarrollada.
Si hay dos o más orejas que tienen la misma fuerza entonces colóquese en medio de ellas.
Cuando todos los y las participantes han encontrado su lugar, la facilitadora les entrevista brevemente sobre su percepción en cuanto a los resultados del test.
Después les pide que se coloquen en la oreja que está menos desarrollada.
A continuación, la facilitadora pregunta: “Si ahora deja pasar delante de sus ojos la distribución de las orejas a lo interno del grupo, ¿qué les llama la atención?”
La facilitadora recoge todas las opiniones y – si fuese necesario – también da su propio aporte sobre lo que le llama la atención en relación a las preguntas, qué niveles de comunicación están sobre o sub-representados y en qué aspectos de la comunicación habría que prestar mayor atención.
En grupos que aún no tienen tanta confianza en lugar de la evaluación sociométrica del test se puede realizar un sondeo con puntos adhesivos para garantizar mayor anonimato. A la vez se logra obtener una vista más rápida de distribución de las “orejas” y por ende de los estilos de comunicación a lo interno del grupo.
Cada participante recibe un punto verde y un punto rojo.
El punto verde lo pega encima de la tarjeta con la oreja la cual según el test está más desarrollada, el punto rojo lo coloca en la tarjeta con la oreja que está menos desarrollada.
Quien tiene el poder no es quién habla,
sino quien escucha.
Anónimo
Fuentes:
Schmidt, Thomas. Kommunikationstrainings erfolgreich leiten. Der Seminarfahrplan. managerSeminar. 7. Auflage 2011, Bonn, Alemania, páginas 95 – 100. Traducido y adaptado por Rita Muckenhirn.