Módulo 5.2. Intervenciones - La Comunicación
Módulo 5.3. Intervenciones para transformar el conflicto
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Dos niveles de “manifestaciones” físicas

Nivel 1

Veamos, por ejemplo, qué connotación le podemos dar al vestuario según nuestra experiencia personal.

  • Si un policía me ha golpeado en una manifestación pacífica, probablemente observaré a todos los policías del mundo con cierto recelos y temor.
  • Si en mi familia o círculo cercano, un niño fue abusado por un cura, vería con recelos a cualquier hombre que vista el hábito.

Ahora imagínense a ambos hombres vestidos “de civil” yendo a una fiesta popular de su barrio.

¿Cómo cambiaría su percepción?

¿Cómo cree que cambiaría la relación e interacción entre ambos?

Para ilustrar un poco más este nivel 1 de la comunicación, aquí una anécdota de mi experiencia personal…

Personalmente, hasta el 2018 para mí la policía nicaragüense había sido una de las policías más tranquilas, populares y relajadas del mundo.  

Sin embargo, en Jinotega, en los años 2004 a 2006 se dio una movilización ciudadana masiva alrededor de la lucha por sus carreteras y caminos que habían estado totalmente deteriorados. Después de una marcha pacífica en la cual se volcó el pueblo de Jinotega a las calles, pobres, ricos, jóvenes, personas mayores, productores(as), comerciantes, estudiantes, etc., finalmente el Presidente de Nicaragua mandó a su Ministro de Transporte. Y éste, asustadísimo, llegó a la reunión en la Alcaldía “acompañado” por los antimotines. 

A quienes nos tocó estar en la sesión de negociación nos dio temor y “arrechura” a la vez. Temor porque era impresionante ver a los antimotines rodeando la normalmente tan pacífica Alcaldía del pueblo aún más pacífico de Jinotega. Se sintió la tensión en el aire sin que haya pasado nada violento. Después nos dimos cuenta de que la mayoría de los anti-motines eran miembros de la policía local, o sea, vecinos nuestros.  

  • ¿Cómo hubiera cambiado nuestra percepción al saber que detrás de los cascos y visores “protectores” están nuestros vecinos, amigos, bróderes…?  
  • ¿Cuántas veces nos dejamos impresionar, maravillar, atemorizar….solamente por las manifestaciones del nivel 1… o sea, las miradas, el tipo de vestuario, la tipología de la cara, del cuerpo, los olores…?
  • ¿Cómo reaccionamos ante un campesino bien sudado y ante una persona bien perfumada?
  • ¿Cómo percibimos a alguien con cara de “yo no fui” y alguien con “cara de malo”?
  • ¿Cómo apreciamos a una persona vestida de manera humilde y otra que anda ropa de marca? 

El lenguaje popular sabe plasmar muy bien esas manifestaciones físicas, por ejemplo, existe “el amor a primera vista” o “las miradas que matan”.  Una mirada puede expresar aprecio, cariño, duda, recelos, temor, odio y mucho más.

En alemán hay un dicho “El vestuario hace a la gente”…. o recordemos el cuento popular del rey y el sastre quien lo hace creer que viste las prendas más lujosas y en realidad salió desnudo a la calle.

Bueno, una manera de quitarnos esta carga cultural que le damos a las manifestaciones físicas (incluyendo los puestos jerárquicos que ocupa una persona, podría ser que nos la imaginemos sin ropa, como el rey, tal como vinimos a este mundo… o en situaciones cotidianas que nadie más puede hacer por ellos, aún teniendo un ejército de sirvientes a sus órdenes… (no entraré en detalles… ahí de usted hasta donde deja volar su imaginación…).

Vayamos ahora al nivel 2… 

Nivel 2

En la actualidad es cada vez más frecuente cómo las “manifestaciones” del nivel 1, que en principio, no deberían estar cargadas de significación, van llenándose de la misma y por ende, influyendo nuestra percepción. Muchas veces, este significado que le damos al vestuario, a los movimientos del cuerpo, a las miradas, a la tipología del cuerpo y de la cara y a los olores, actúa en detrimento del nivel 2, que se supone que aportaría los verdaderos datos o contenido de la comunicación.

La forma de vestirse, el olor a un perfume determinado, un peinado especial o moverse con determinados gestos tiene como consecuencia que suponemos que determinada persona pertenece a “x” o “y” grupo social. 

Cada vez más, especialmente el vestido, pero también el uso de determinados aparatos electrónicos (si uso un celular “charrula”, un Blackberry o un iphone, si tengo una cámara Sony o una Nikon, si uso una Mac o “sólo” una portátil del montón….), se vuelven más importantes para sentirse incluido y mostrar pertenencia a un grupo social determinado.

En vista de que la publicidad marca la pauta sobre cómo se visten los grupos “prestigiosos”, el vestuario se vuelve cada vez más “uniforme”… y con ello pretendemos que las y los receptores de esta información del nivel 1 nos identifiquen de la manera que deseamos.

La persona receptora interpreta “lo que ve”, las señales que recibe.

  • Si la persona emisora es hábil puede influir en la interpretación de la persona receptora, lo que muchas veces tratamos de hacer cuando vamos a una entrevista de trabajo.
  • Ahora, si la persona receptora también es hábil, intentará “leer” entre líneas y buscando lo que está detrás de la apariencia significativa de la primera.

No obstante, sea como sea, se ha producido un proceso de interrelación comunicativa la cual será tan superficial o tan profunda como sea el carácter observador y cuanto mayor sea la “sensibilidad” emisora/receptora de sus participantes. Sea ésta mucha o poca, se ha establecido la relación y la continuidad de la misma.

El nivel 2, o sea, el hecho de que se le agregue palabras, voz y/o gestos a la interacción estará siempre influenciada por la interpretación subjetiva que le den las y los participantes de la comunicación a los factores del primer nivel. 

O sea, la manera con la nos dirigimos la palabra (nivel 2), por ejemplo, en la parada de buses, dependerá mucho de qué es lo que hemos percibido en relación a los códigos culturales y sociales del nivel 1.

Es decir, la “interpretación” se habrá hecho en virtud de la adaptación personal que cada participante haya podido hacer del supuesto “código social”. Ello quiere decir que un(a) participante puede suponer que “da” una determinada imagen comunicativa y ésta puede ser interpretada radicalmente al revés por la persona receptora. 

La duda ante la interpretación por parte del “otro” o de la “otra” de la imagen emitida y deseada, obliga a la persona  emisora “constatar” o verificar los efectos producidos. O sea, en este momento, la persona emisora debe interpretar las manifestaciones de la persona receptora que son respuestas al estímulo emitido por ella. 

Y el círculo comunicativo se cierra… 

Fuente:

Muckenhirn, Rita. 2014. La comunicación: nuestro reto de cada día. La Cuculmeca. Jinotega. Pág. 15 – 18.