Módulo 5.2. Intervenciones - La Comunicación
Módulo 5.3. Intervenciones para transformar el conflicto
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Los efectos de la interpretación

Ambas personas protagonistas de la comunicación “global” asumen el rol de emisora y receptora a la vez.

Y en ambas se producen una serie de efectos a los que vamos a echar un vistazo un poquito más de cerca. 

Algo importante que es válido tener presente que estos fenómenos se producen siempre que entremos en una situación de comunicación, o sea, siempre que interactuamos con otra persona. Sea en el ámbito familiar, de pareja, laboral, comunitario o en situaciones de la vida pública, las comunicaciones siguen las mismas características.

Desconfianza de las palabras o del significado de la emisión.

Lo que “se dice” (nivel 2), no concuerda con la imagen transmitida (nivel 1).

La persona receptora “desconfía” de la verosimilitud de lo transmitido en forma de palabras. 

Hago una presentación a mi equipo y veo caras aburridas, entonces les pregunto… “¿Qué les parece?”.

Y si me contestan… “Sí, jefa, está muy interesante”, me deberían entrar serias dudas sobre la sinceridad y  la verosimilitud de lo dicho (nivel 2) en relación a lo expresado con sus miradas y posturas (nivel 1).

Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice.

Reacción contraria de lo enunciado a través de las palabras.

La persona emisora se muestra agresiva y prepotente en el nivel 1 y obliga a una reacción negativa por parte de la persona receptora. Lo dicho en el nivel 2 pierde significación e, incluso,  adquiere una connotación adversa. 

El vestuario y la postura del policía emite un mensaje tipo “aquí mando yo, yo tengo el poder”.

Si él le dice a las y los participantes de la procesión “Estoy aquí para protegerles…”, las personas receptoras se pueden sentir burladas, porque para ellos, la “protección” puede ser sinónimo de “control, vigilancia, represión…”.

Por ende, las palabras del policía provocarán más bien rechazo y la espiral de desconfianza sigue incrementando.

Reacción de olvido

La persona emisora transmite en el nivel 1 una sensación de poca convicción.

Popularmente podríamos decir que “no se lo cree demasiado” o “no se lo traga ni ella misma este cuento”. Puede estar relacionado con “sensaciones” de inseguridad, desgano, falta de “seriedad”, dominio insuficiente o de estar poco interesada en la cuestión que plantea. 

Obligación de fijar la atención sobre otro aspecto

Algún o varios aspectos del nivel 1 son tan “fuertes” que la atención de la persona receptora queda totalmente absorbida por la “forma” de vestir, “forma” de hablar, los movimientos, etc. de la persona emisora. Su atención queda “retenida” por algún aspecto marginal de la persona emisora y la persona receptora no presta atención al significado emitido verbalmente en el nivel 2.

Esto muchas veces se da en ambientes donde el tipo de mobiliario y su disposición son  interpretados de manera muy “fuerte” por el receptor. O la imagen de la casa, de los espacios físicos o de la misma casa o incluso de su puerta ya nos “habla” sobre sus habitantes sin ni siquiera haber tenido contacto con ellos.

Reacción de admiración

Reaccionar a la persona emisora con admiración puede ser una modalidad del efecto anterior.

Alguna o varias manifestaciones del nivel 1, en cualquiera de los dos participantes, tiende a desviar la atención. Uno u otro tienden a situarse en un plano de dependencia generado no por el contenido de la transmisión sino por las formas que ésta adquiere. 

Bloqueo comunicativo del nivel 2

Las manifestaciones del nivel 1 de una o ambas personas participantes impiden que se produzca una manifestación del nivel 2, o sea, se “bloquea” parte de la comunicación.

“No salen las palabras”, “nos quedamos mudos”, “nos tragamos la lengua”, dicho en expresión popular. Puede producirse por cierta “timidez” de un(a) participante. 

Después de mucho tiempo logro la deseada entrevista para poder aplicar a un trabajo soñado.

Preparo minuciosamente todo lo que queremos expresar, cómo “vender” mis experiencias y capacidades. Cuando entro a la oficina de quien sería mi nuevo jefe, me impresiona su mirada fuerte, su cuerpo y estatura. Me siento “desnudo” frente a él aunque ni siquiera hayamos abierto la boca ninguno de los dos y él puede ser la persona más tranquila.

Competitividad comunicativa

Aquí también se trata de un bloqueo del nivel 2 de comunicación. El fenómeno podría enunciarse algo así como:  “Diga usted lo que quiera, a mí me importa poco” y a la vez está acompañado por la emisión de un mensaje al estilo: “lo mío sí que es importante”. 

Como consecuencia, se produce una competencia comunicativa que niega la verdadera comunicación.

El estímulo que origina A es decodificado por B como algo vacío de verdadero contenido y emitido únicamente como “provocación”. Es el diálogo de «sordos» que suele conllevar una verdadera carga de agresividad. No obstante, se trata de una comunicación real, sólo que el contenido de la misma está basada, precisamente, en los mensajes de nivel 1 que se emiten y que se responden sin que exista en ellos “reflexión” consciente de los enunciados. 

“Me gustaría abordar lo que pasó en el evento de la semana pasada para que podamos mejorar en el futuro.”

“Esto puede ser importante para vos y lo puedes ver otro día con tu equipo, lo que nos interesa es saber cuánto generó el evento.”

Suele ser una experiencia triste en la que no existe vencedor ni vencido y en la que se desaprovecha la racional fórmula de “escuchar” honestamente y de dar respuesta coherente según las ideas particulares. Este fenómeno comunicativo suele estar basado en la más simple “falta de respeto” por el o la partícipe en el juego de la comunicación. 

Indiferencia comunicativa

Se da cuando, después de la decodificación del nivel 1, uno de los dos participantes, o ambos, consideran que nada nuevo puede aportar el otro en el área “significativa”, en la transmisión de mensajes. El nivel 2 suele entonces llenarse de lo que denominamos “frases vacías” que, en todo caso, cumplen una nueva tarea social. 

Una facilitadora se para en la puerta de la oficina de su jefa y le dice “Buenos días”.

La jefa ni levanta la vista y sigue chequeando su correo electrónico y apenas le dice: “Buenos días, ¿cómo amaneciste?”

El nivel 1 (no levantar la vista y seguir trabajando) muestra la indiferencia aunque es acompañada por un mensaje del nivel 2 (buenos días….) el cual finalmente se convierte en frase vacía.

Escuchar es el arte de prestar atención, manteniendo la mente abierta para comprender íntegramente el mensaje que se emite.

Es importante mantener el contacto visual, observar el lenguaje corporal de las personas, pedir aclaraciones y leer los mensajes no verbales.

Resumiendo: leer entre líneas.

Carmen Yates

Fuente:

Watzlawick, Paul; Beavin Bavelas, J.; Jackson, D.D. 1997. Teoría de la comunicación humana. Herder. Barcelona.

Muckenhirn, Rita. 2014. La comunicación: nuestro reto de cada día. La Cuculmeca. Jinotega. Pág. 19 – 22.