Módulo 5.2. Intervenciones - La Comunicación
Módulo 5.3. Intervenciones para transformar el conflicto
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Cuatro bocas y cuatro orejas… la anatomía de un mensaje

Recordad que la naturaleza nos ha dado dos oídos y una sola boca 
para enseñarnos que más vale oír que hablar. 
Zenón (filósofo griego)

Friedemann Schulz von Thun, un referente de la comunicación humana, ha ido mucho más allá del planteamiento del filósofo griego Zenón al crear su modelo de las cuatro orejas y las cuatro bocas (o “picos”).

Según él, una comunicación siempre contiene 4 aspectos:


Contenido

Apelación

Auto-revelación

Relación

¿Cómo debo entender  el contenido?

¿Qué debo  hacer, sentir, pensar?

¿Qué persona  es éste/ésta? ¿Qué es lo que dice  con ello sobre  sí mismo(a)?

¿Cómo habla conmigo? ¿Quién cree tener  delante de él/ella?

En muchos modelos clásicos de la comunicación, nos limitamos al contenido. Y en la vida cotidiana muchas veces nos queremos aprovechar aferrándonos a las palabras que emitió la otra persona… “… pero vos dijiste exactamente tal cosa”. Pues, lo pudo haber dicho, pero realmente quiso decir totalmente otra cosa. Por eso, es importante escuchar con 4 oídos.

La reacción de la persona receptora depende en gran medida del volumen de factores que inciden en la comunicación, es decir, de la autoimagen, la situación de estrés, la simpatía, la situación y el entorno de vida. Y viceversa.

Por esto, necesitamos estar conscientes de nuestras 4 bocas “emisoras” así como de nuestras 4 “orejas receptivas”.

En la siguiente figura vemos que la persona emisora emite su mensaje con 4 bocas diferentes que representan al contenido, la auto revelación, la apelación y la relación. A la vez la receptora escucha con 4 orejas.

Luego la receptora responde con un mensaje nuevo desde 4 bocas diferentes el cual a su vez es recibido por 4 orejas diferentes. 

Nosotros(as) escuchamos con cuatro orejas cuya apertura a veces es diferente. A veces escuchamos más con una que con las demás.

Al igual como a veces ponemos mayor énfasis en una boca que en las demás. 

Ahora podemos comprender una de las razones por lo que la comunicación humana es tan compleja.

Recordemos que el proceso básico de la comunicación entre seres humanos se describe básicamente a través de las siguientes tres características:

  • Hay un(a) emisor(a), que quiere comunicar o transmitir algo.
  • Él o ella codifica su propósito en signos comprensibles – lo que llamamos un mensaje.
  • Al/a la receptor(a) le compete descodificar esta construcción perceptible.

Generalmente concuerdan más o menos los mensajes emitidos con los recibidos, así que podemos decir que hubo comunicación.

Muchas veces emisor y receptor hacen uso de la posibilidad de verificar la calidad de la comunicación. Cuando la persona receptora retroalimenta sobre como descodificó el mensaje, cómo le llegó a él/ella y qué es lo que provocó en él/ella, entonces la persona emisora puede comprobar si su intención como emisora concuerda con el resultado de cómo fue recibido o percibido.

Una retroalimentación de este tipo también se llama feedback.

Como pudimos ver en la página anterior al conocer los diferentes picos y orejas que usamos al emitir y recibir un mensaje…

Una sola información siempre contiene varios mensajes.

Esto es un hecho fundamental de la vida que no podemos obviar como emisor(a) y receptor(a).

Cada información que emitimos es todo un paquete con muchos mensajes que hace el proceso de la comunicación entre seres humanos tan complicado y vulnerable a distorsiones, pero también muy emocionante e interesante.

Fuentes:

Schulz von Thun, Friedemann. 1997. Miteinander reden.1, Rowohlt, Hamburg,

Muckenhirn, Rita. 2014. La Comunicación: Nuestro reto de cada día. La Cuculmeca. Jinotega, Nicaragua. Pág. 27 – 30.