Módulo 4: Diseñar caminos hacia la paz
Módulo 5.1. Intervenciones para la Resiliencia
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La necesidad de autoestima

Tenemos esta necesidad porque todo ser humano quiere ser valioso. Para no sentirnos intercambiables, sino necesarios, queribles o importantes. Lo que es valioso, debemos apreciarlo y cuidarlo – eso sin duda tiene sentido.

Pero, ¿cómo te evalúas a vos mismo(a)?

Revisa con qué frecuencia dices de vos mismo(a): “Yo soy demasiado…”. Puedes rellenar los espacios en blanco como quieras con: gordo(a), pequeño(a), débil, dominante, alto(a), delgado(a), ruidoso(a)…

Con todas estas afirmaciones te criticas y atacas tu autoestima.

¿Has intentado alguna vez aceptarte conscientemente? “Soy como soy”. Eso suena bien. Afirmarte con seguridad en diferentes ámbitos de la vida también refuerza tu autoestima. Tú y tu subconsciente aprenderéis entonces: “Soy bueno(a), soy fuerte, soy exitoso(a)”. Prueba ahora mismo el siguiente ejercicio.

Ejercicio: Elige tu frase de fortaleza
Paso 1:

Encuentre una frase que realmente vaya bien con vos. Tu instinto seguramente te guiará en cuanto a lo que es adecuado para vos. Esta frase puede ser un poco grande, similar a una prenda de ropa con la que quieres crecer.

 Por ejemplo:

“Soy persuasivo(a)”.

“Abro nuevas posibilidades”.

“Soy un recurso bien solicitado”.

Paso 2:

Lo mejor es que te digas esta frase cada mañana cuando te pongas delante del espejo.

Sonriéndote a vos mismo(a), pronuncia la frase con convicción.

Repite el mismo ritual por la noche.

Importante: ¡mantén esta práctica durante al menos seis semanas! Al principio, este ejercicio te resultará fácil y estarás contento(a) con la frase. Al cabo de un tiempo, sin embargo, seguro que te vendrán a la cabeza comentarios como: “¡Para qué, no sirve de nada!”.

Espera con impaciencia esta fase, porque ahora tiene lugar una confrontación inconsciente entre tu antiguo autoconvencimiento y esta nueva frase de fuerza. Es precisamente en esta fase cuando comienza tu cambio interior.

Surgen nuevos caminos cerebrales acordes con tu nuevo autoconvencimiento, de modo que cada vez más experimentarás también efectos en tu comportamiento y, por tanto, en tu entorno. Puedes decidir qué autoconvicción prefieres. Si es la nueva y positiva, tu perseverancia dará sus frutos.

Dar y recibir reconocimiento

Por supuesto, el reconocimiento también es bueno. Por desgracia, mucha gente practica la sabiduría suaba: “No decir nada es elogio suficiente”. Esto no es muy bueno para reforzar nuestra autoestima. A veces basta con una palmadita en la espalda para sentirnos mejor, pero un feedback positivo muy claro tiene naturalmente un efecto mucho más fuerte.

Lo mejor que puedes hacer es empezar vos mismo(a) a dar reconocimiento a otras personas. Está garantizado que te lo devolverán.
También puedes empezar con una pequeña sonrisa. Sonría a todas las personas que conozca. Verá que casi todo el mundo le devuelve la sonrisa.
O puede ser aún más atrevido y decir un amistoso “Buenos días”.
También puedes elogiar el atento servicio o la buena comida en un restaurante delante de la mesera. A ella le encantará.
Pero el resultado más importante de estos pequeños experimentos en la vida cotidiana es que te hacen bien y te garantizan levantar el ánimo.

Fuente:

Heller, Jutta (2013), Resilienz: 7 Schlüssel für mehr innere Stärke. Gräfe und Unzer Verlag GmbH. München. pp 81

Traducido por Rita Muckenhirn, 04.07.23