Módulo 4: Diseñar caminos hacia la paz
Módulo 5.1. Intervenciones para la Resiliencia
2 of 4

Optimismo (4) – Cambiar actitudes

Con optimismo cambiar de actitud

El desarrollo continuo es típico de la vida humana: las personas crecen y maduran. El aprendizaje también tiene lugar en parte como un proceso automático. Por lo tanto, puedes empezar a confiar en que tu desarrollo continuará. ¿Puedes afirmar esta idea? ¿O es más bien la duda la que te corroe, sugiriéndote que nunca alcanzarás tus objetivos?

Son frases como: “No lo conseguirás de todas formas”, “¡No eres lo bastante inteligente para eso!”, formuladas de forma más burda: “¡Eres demasiado estúpido para eso!” o comentarios como: “¡Idiota!”, “¡No armes tanto jaleo!”.

Estos comentarios son muy degradantes y hacen que la gente se sienta pequeña. Definitivamente, no hay alegría cuando nos lanzamos comentarios así a nosotros(as) mismos(as). El mundo entero y nuestras posibilidades de comportamiento parecen encogerse. ¿De dónde vienen estos pensamientos de autodesprecio?

En la mayoría de los casos, los adquirimos en nuestra infancia y juventud. Los que tenían poca confianza en sí mismos y/o les quitaban la mayoría de las cosas de las manos, a los que no se les permitía probar cosas y aprender de sus errores, y a los que además se les menospreciaba por la más mínima metedura de pata, no fueron capaces de desarrollar una sana confianza en sí mismos. Y por mucho que intente protegerse a lo largo de su vida, la voz interior de desprecio sigue siendo su compañera constante.

Reflexiona sobre sus propios puntos fuertes

Así que pregúntate, si llevas contigo autoevaluaciones negativas, si realmente se corresponden con los hechos o si otros te han dicho algo así una y otra vez de modo que en algún momento empezaste a creértelo vos mismo(a).

Las actitudes que hemos aprendido en el pasado también pueden desaprenderse. Puedes cultivar una actitud positiva hacia vos mismo(a) y tratarte de forma apreciativa reflexionando sobre tus puntos fuertes, que sin duda son numerosos. Haz una lista de las cosas que se te dan bien. Tal vez se te dé bien escribir, hacer pasteles o cocinar, jugar al fútbol o al béisbol, escuchar pacientemente a las demás personas, organizarte, comprender rápidamente los problemas e ir al grano, etcétera.

¿Cuáles son tus puntos fuertes?

Tómate 20 minutos, donde no te interrumpan, y prepara tu cuaderno o unas hojas de papel.

Siempre que te sientas un poco inseguro(a), céntrate en tus puntos fuertes a partir de ahora. Si obtienes una visión general y clara de tus puntos fuertes más importantes y útiles y te los recuerdas una y otra vez, reforzarás tu autoconfianza y tu carisma.

Empieza por el autocontrol

Utiliza tus puntos fuertes y contrólate. Puedes influir en los temas que tratas, la información que adquieres, aquello a lo que te expones, el entorno en el que te mueves y las personas de las que te rodeas.

Practica una autogestión eficaz eligiendo conscientemente en qué te implicas y en qué centras tu pensamiento. Confía en tu desarrollo. Contrólate y contrólate con tu visión optimista. Si surgen pensamientos negativos una y otra vez, no intentes suprimirlos, porque entonces seguirán funcionando en tu subconsciente y los percibirás como una amenaza constante y aburrida.

En lugar de eso, acepta que están ahí y luego enfréntate a ellos de forma específica analizándolos y discutiéndolos interiormente o incluso por escrito. Especialmente los pensamientos catastróficos deben ser examinados críticamente por la veracidad de su contenido. Experimentarás que te hacen más pequeño y menos importante. A menudo simplemente se disuelven.

Fuente:

Heller, Jutta (2013), Resilienz: 7 Schlüssel für mehr innere Stärke. Gräfe und Unzer Verlag GmbH. Múnich. S. 59 – 62