Módulo 4: Diseñar caminos hacia la paz
Módulo 5.1. Intervenciones para la Resiliencia
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Resiliencia en el marco del activismo sostenible

Comprender la resiliencia en el marco del activismo sostenible

La resiliencia ha pasado de ser un término científico poco manejable a convertirse en una palabra de moda. La literatura de autoayuda se encuentra en todas las librerías de las estaciones de tren e incluso en los supermercados. En el buscador Google, hay cerca de un millón de entradas en alemán y unos 65 millones en inglés sobre el tema.

El ejército estadounidense tiene como objetivo un ejército resiliente y con su campaña “Ready and Resilient” se basa en la resiliencia mental, psicológica, emocional, conductual y espiritual de sus soldados.

Y organizaciones emancipadoras como la Fundación Medico Internacional, que abordó una crítica del concepto de resiliencia en un simposio bajo el lema “¿Listo para el desastre?”, ven con razón que, con la ayuda de la retórica de la resiliencia, la privatización de los riesgos y la aplicación de la agenda neoliberal penetran en ámbitos cada vez más amplios de la vida.

Pero el concepto también forma parte de discursos y prácticas emancipadoras como la Organización Basada en la Resiliencia, el concepto de Estrategia Emergente o como concepto clave en el movimiento de Ciudades en Transición. La resiliencia fue una importante herramienta teórica para sistematizar la idea del activismo sostenible.

¿De dónde viene el término?

El término resiliencia procede del latín resilire, que significa “rebotar” o “recuperarse”.

Como ya hemos visto en la introducción sobre el concepto de resiliencia. El concepto de resiliencia es rico, diverso, sigue evolucionando en diferentes campos y es debatido discursivamente.

Originalmente, el término procede de la física y la ciencia de los materiales y describe la capacidad de un material para volver a su estado inicial tras una deformación elástica.

En la década de 1950, James Block introdujo el término en la psicología y, a partir de los años setenta, se desarrolló en EE.UU. una investigación más amplia sobre la resiliencia psicológica, asociada, entre otros, a la psicóloga del desarrollo Emmy Werner.

A partir de la década de 1970, el término también fue introducido en la ecología por Crawford S. Holling con un enfoque teórico de sistemas, cuyo trabajo pionero se irradió a las ciencias sociales. Allí, el término fue aplicado por primera vez a las sociedades tribales de Papúa por el antropólogo Roy A. Rappaport en 1967. Sin embargo, durante mucho tiempo, la resiliencia fue una fuerza de mantenimiento del equilibrio social y ecológico para la antropología, la etnología y la sociología funcionalistas.

La idea de resiliencia de los sistemas ecológicos y sociales se hizo cada vez más frecuente en el discurso social a partir de la década de 1990.

El concepto de resiliencia evolucionó gradualmente desde un enfoque inicial centrado en la persistencia (durabilidad) de las funciones del sistema, pasando por un énfasis en la adaptación, hasta su reciente reorientación para abordar la transformación de las sociedades en tiempos de cambio global.

¿Qué es la resiliencia?

En el campo de la psicología, la resiliencia se describe como la capacidad de hacer frente a las crisis recurriendo a recursos personales y socialmente mediados y utilizándolos como oportunidad de desarrollo.

“La resiliencia es el proceso de adaptarse bien ante la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o las fuentes significativas de estrés, como los problemas familiares y de pareja, los problemas iniciales de salud y las tensiones financieras.

Significa “recuperarse” de experiencias difíciles, según la Asociación Americana de Psicología (APA). Sin embargo, esta interpretación entraña el peligro de la conformidad individual con la agenda neoliberal, promueve la despolitización de las circunstancias y la privatización de los riesgos sociales.

Según la definición de la Alianza para la Resiliencia, una organización líder en investigación sobre la resiliencia de los sistemas socioecológicos, la resiliencia es la capacidad de un sistema para amortiguar las perturbaciones y reorganizarse a sí mismo bajo un cambio continuo, de modo que se conserven la misma función, estructura, identidad y circuitos de retroalimentación.

Según Markus Keck y Patrick Sakdapolrak, una definición de resiliencia social incluye tres dimensiones:

Los científicos sociales han conseguido que, a la hora de entender el concepto, la atención se centre más en los actores sociales y menos en los sistemas, más en las capacidades y las prácticas que en las funcionalidades.

Esto ha provocado un cambio necesario que ha devuelto a la agenda del debate sobre la resiliencia las importantes cuestiones del poder, la política y la participación.

El concepto de resiliencia social reconoce que la incertidumbre, el cambio y la crisis no son excepcionales, sino normales, y hace hincapié en el arraigo de los agentes sociales en su entorno temporal, local y específicamente ecológico, social e institucional.

El aprendizaje social, la toma de decisiones participativa y los procesos de transformación colectiva se consideran aspectos clave de la resiliencia social.

Ideas clave para utilizar la resiliencia de forma productiva en la labor emancipadora:

¿En qué condiciones se apoyan mutuamente las tres dimensiones de la resiliencia social?

¿Y en qué casos puede una capacidad socavar a la otra?

La resiliencia tiene un precio y es importante que, en condiciones de recursos limitados para fomentar la resiliencia, minimicen otras opciones de acción.

Hay que tener en cuenta la brecha social: ¿quién tiene cuánto y de qué recursos dispone?

Por lo tanto, los estudios y diseños de estrategias sobre la resiliencia social siempre deben preguntarse quiénes son los ganadores y los perdedores en los procesos de creación de resiliencia en curso. La pregunta clave es: ¿la resiliencia – en el interés de quién?

Fuente:

Luthmann, Timo. Politisch aktiv sein und bleiben: Handbuch Nachhaltiger Aktivismus. UNRAST-VERLAG. Münster 2018. 3. Auflage. März 2021. Páginas 37 – 40

Traducido y adaptado por Rita Muckenhirn, 02.07.2023