Esta necesidad quiere satisfacerse porque no queremos sentirnos a merced de otras personas ni depender de ellas, sino que queremos tener el control de nuestra propia vida, tener auto determinación.
Dar forma a algo, que nos pregunten, tener voz y voto, son necesidades básicas bastante normales en las personas maduras. Queremos saber por qué se ha decidido algo, para qué sirve. Queremos poder decir en voz alta lo que pensamos que es correcto.
Hoy en día muy poca gente quiere simplemente funcionar o le gusta que le digan lo que tiene que hacer. Examinamos críticamente qué sentido tiene una decisión.
También comprobamos qué sentido tiene una decisión. También comprobamos a la velocidad del rayo -a menudo inconscientemente- si nos sentimos a la altura de una situación, si podemos “dominarla”, tenerla bajo control.
La necesidad de orientación y control es marcada tanto en la esfera privada como en la profesional.
Y siempre que la niegas y la reprimes, empiezas a minar tu autoeficacia.
Por lo tanto, presta atención a los pequeños impulsos, a tu intuición, a si todo es correcto y bueno para vos.
El sociólogo Aaron Antonovsky analizó qué necesita la gente para mantenerse sana, especialmente en situaciones difíciles, críticas y desafiantes. Según su convicción, necesitamos un sentido de la coherencia. Si en esas situaciones problemáticas podemos decir: “Esto es coherente, esto encaja”, entonces probablemente podremos aceptar y soportar los retos venideros, aunque, por supuesto, no siempre sea fácil. Esta sensación de coherencia puede desglosarse en los tres aspectos siguientes:
¿Qué dice sobre sus propios retos actuales?
¿Dices “Sí, entiendo muy bien que este cambio es necesario” o “Sí, yo también creo que este proyecto tiene sentido”?
¿O sientes reticencia o rechazo y te resistes con uñas y dientes?
Muchas personas entienden para qué sirve su reto actual. Sin embargo, les preocupa no poder afrontarlo: “¿Realmente puedo hacer esto o aquello con mis capacidades, con mi tiempo, con mis posibilidades económicas? Tendría sentido, pero…”. “Y ya enumeran sus innumerables dudas.
Piensa en lo que podría ayudarte a decir sí a tus planes sin peros.
En el siguiente ejercicio, intenta evaluar tu sentido de la coherencia. Es importante incluir el llamado equilibrio entre vida laboral y personal, es decir, cómo puedes compaginar mejor tu vida profesional y privada. Coge de nuevo tu cuaderno de resiliencia y traslada la tabla pequeña; si lo prefieres, puedes escribir las respuestas directamente en el cuaderno.
En general, no cometas el error de decidirlo todo a solas. Si las personas afectadas participan en el proceso de clarificación, también estarán más dispuestas a compartir las decisiones con sus correspondientes consecuencias.
Pongamos un pequeño ejemplo: Si en tu organización se exigen horas extras, probablemente lo entiendas porque vos mismo(a) participaste activamente en la consecución del nuevo proyecto para tu organización.
Probablemente también piense que tiene sentido que usted y sus colegas realicen ahora el proyecto del cliente lo antes posible y con una alta calidad.
Si nos fijamos en cinco o seis semanas, puedes imaginarte perfectamente que estás trabajando estas horas extra. Puedes hacerlo, es manejable. Pero es precisamente durante este periodo cuando habías planeado tomarte unas vacaciones con tu pareja. Probablemente a él o ella no le haga mucha gracia que esto no vaya a funcionar ahora.
Dependiendo de lo estable que sea vuestra relación, ambos podrán sobrellevar esta decepción o tendrán que ingeniárselas para que tu situación profesional no se convierta en una carga para la privada. Nuestras vidas están ahora tan interconectadas que normalmente hay que tener en cuenta las opiniones de varias personas implicadas cuando se tratan asuntos importantes.
Con este ejemplo, ahora podrías comprobar muy concretamente qué actividades asegurarían tu equilibrio. Tal vez siga habiendo posibilidades de que no tengas que hacer horas extras, o al menos no tantas y no a lo largo de tantas semanas.
Para aclarar esto, tendrías que hablar con tus compañeros(as) del equipo y, sobre todo, con tu coordinador(a). Tal vez también exista la posibilidad de posponer las vacaciones dos meses y de endulzárselo de alguna manera a tu pareja. Para eso también tendrías que tener una conversación aclaratoria.
Fuente:
Heller, Jutta (2013), Resilienz: 7 Schlüssel für mehr innere Stärke. Gräfe und Unzer Verlag GmbH. München. pp 82-85
Traducido por Rita Muckenhirn, 04.07.23