Un comportamiento define la forma de actuar de una persona. En el mundo humanitario y del desarrollo, suele ser sinónimo de “práctica”.
Etapa en la que una persona es consciente tanto del problema como de la opción de cambio, y se plantea pasar a la nueva práctica, pero aún no ha actuado.
Cuando un individuo está actuando y probando una nueva práctica; un cambio de comportamiento a corto plazo, con riesgo de abandonarlo.
Cuando una persona vuelve a la práctica anterior.
Refuerzo: celebración, elogio, ritualización, compromiso público.
Eventos y acciones para celebrar los éxitos y cultivar el orgullo (por ejemplo, compromisos públicos) para ayudar a crear confianza entre los grupos y ofrecer oportunidades para que otros adopten el cambio. Los nuevos comportamientos positivos deben practicarse para que se conviertan en habituales o normativos. Estas recompensas son importantes para garantizar que el contexto social apoye y refuerce las decisiones individuales.
Cuando la nueva práctica se adopta plenamente y el comportamiento es habitual, algunas personas empiezan a promoverla y a convencer a otras para que también la adopten.