¿Conoces situaciones en las que estás completamente absorto(a) en lo que estás haciendo? Quizás cuando estás pintando un cuadro y te olvidas de todo lo que te rodea. O cuando estás sentado(a) en el cine y te identificas tan intensamente con el sufrimiento del héroe que tienes que llorar con él. O cuando disfrutas del sexo con todos tus sentidos. En esos momentos estás asociado(a), es decir, con tus sentimientos en medio de la situación.
Con emociones positivas, tal devoción es ciertamente deseable. Pero cuando estás atrapado(a) en tus emociones negativas, es importante que te disocies, es decir, que seas capaz de distanciarte en tu experiencia interior, de ponerte en posición de observador(a), por así decirlo.
Prueba la diferencia por un momento recordando tu desayuno de hoy. Imagínate sentado(a) a la mesa. Seguro que ahora tus sentimientos siguen siendo completamente neutros. Sin embargo, si ahora imaginas cómo fue cuando tomaste tu primer sorbo de café, té o zumo, la sensación que experimentaste en ese momento volverá a ti y también podrás percibir el delicioso sabor. Ahora, por favor, cambia de nuevo: De nuevo, mírate desde fuera -como en una foto- sentado(a) desayunando. La sensación y el sabor irán disminuyendo gradualmente y acabarán desapareciendo por completo.
Esta técnica es muy útil en situaciones para volver a pensar, para percibir una situación de forma realista. Esto se aplica tanto cuando estamos de humor “por las nubes” como cuando estamos “tristes hasta la muerte”. Y esto es especialmente cierto para situaciones recordadas que todavía te molestan.
En el siguiente ejercicio, puedes probar esta técnica de distanciamiento inmediato. Tómate unos 30 minutos de tu tiempo.
El objetivo del ejercicio es cambiar conscientemente tus reacciones emocionales.
Por favor, haga el siguiente ejercicio: