La disposición al cambio es el factor central del proceso de cambio individual. Cuando un individuo deja de ser reacio a probar una nueva práctica y, lo que es más importante, está dispuesto a intentarlo, la probabilidad de cambio aumenta drásticamente.
Pero para que la intención se convierta en acción, no basta con la motivación: los factores externos y sociales deben alinearse de forma que sirvan de apoyo. (Petit, 2019)
Los psicólogos sociales Webb and Sheeran identificaron algunos problemas muy frecuentes que dificultan pasar de la intención a la acción así como las tareas que ayudan a superar la brecha entre la intención y la acción.