¿Qué te hace feliz? Para algunas personas son los primeros brotes de la primavera, el simple hecho de que te dejen dormir hasta tarde, que te despierten cariñosamente con una caricia en los pies…
A otras personas les hace felices una llamada de teléfono de un amigo querido, el recuerdo de un encuentro con un colibrí, un delicioso helado de chocolate con nata, alcanzar una cima en la montaña…
Los ejemplos por sí solos lo demuestran: la alegría puede sentirse por los motivos más diversos. Sin embargo, todos tienen en común que en un momento así todo encaja, todo tiene sentido.
La forma de expresar la alegría también es diferente. Puede manifestarse en una pequeña y reservada sonrisa, en una mueca o incluso en un salto en el aire o un grito de alegría.
La alegría aporta más ligereza a tu vida. También te abre el horizonte. La alegría en la vida ayuda a fortalecer tu sistema inmunológico, de modo que también estás preparado(a) para los momentos difíciles.
Las personas alegres son muy queridas porque su estado de ánimo se transmite rápidamente a las demás personas. Esto hace que la vida sea más agradable. Más alegría en tu vida será un gran beneficio para ti y te aportará una vida plena. Para dar más espacio a la alegría en tu vida, lo mejor es que ocupes tus pensamientos con ella cada día. Toma tu diario de resiliencia o crea un diario extra de alegría y anota tus momentos de alegría cada noche o al menos una vez a la semana durante unas semanas. Pregúntate
Con la ayuda de tus notas, te centrarás en la alegría y así reforzarás automáticamente este sentimiento.
Al igual que para el sentimiento de alegría, puede seleccionar otras emociones positivas como la gratitud, la alegría, el interés, la compasión o el amor… y reforzarlas.
Al comprobar tu cociente emocional, es posible que ya tengas ideas sobre qué emociones quieres desarrollar más. Empieza hoy mismo tu proyecto.
Además de los registros, utiliza pequeñas acciones para reforzar la emoción deseada en vos y en las demás personas. En lugar de desearle a otra persona que tenga un día bueno y exitoso, puedes desearle también mucha alegría.
O si estás sentado(a) con otras personas en un bar, simplemente pregúntale de qué se ha podido reír hoy su interlocutor(a). Si hablas de cosas positivas, tu estado de ánimo también subirá.
Desarrolla tantas ideas como sea posible sobre cómo puedes ser más consciente de la emoción respectiva para vos y para las y los demás. Una buena manera es fingir que ya tienes la emoción.
Este es exactamente el método que se utiliza en el yoga de la risa, donde la gente empieza a reír, así, sin motivo. Esto funciona y libera. Sea cual sea la emoción en la que te concentres, notarás una gran diferencia.
Fuente:
Heller, Jutta. 2013. Gräfe und Unzer Verlag GmbH. Múnich. p 54 – 58
Traducido y adaptado por Rita Muckenhirn. 28.06.2023