Módulo 4: Diseñar caminos hacia la paz
Módulo 5.1. Intervenciones para la Resiliencia
2 of 4

Fortalecerse negociando por partes

Ejercicio para fortalecerse: Negociar partes

Quizá hayas oído hablar del concepto de “equipo interior” o conozcas el verso de Goethe en “Fausto”: “Dos almas habitan, ¡ay! en mi pecho…”.
Seguro que conoces situaciones similares: Estás sentado(a) en tu mesa de trabajo cuando hace buen tiempo y, al mismo tiempo, tienes ganas de salir. Luego, cuando interrumpes tu trabajo y estás chapoteando en la piscina o sentado(a) en una cafetería, no puedes disfrutarlo del todo porque por tu cabeza no deja de rondar el pensamiento del trabajo aplazado.

Una parte de ti representa tu sentido del deber, la otra, por fin, quiere relajación o diversión. Cuando te encuentras en tal aprieto, ayuda hacer algún tipo de negociación para que ambas partes puedan realizar su intención positiva para el organismo, porque de lo contrario te bloqueas a vos mismo(a) y a tu autoeficacia. A nivel puramente mental, podemos resolver este tipo de situaciones conflictivas enumerando los pros y los contras, por ejemplo. Pero, sin duda, nuestro inconsciente necesita algo más.

Trabajar con metáforas

Para este ejercicio, es útil utilizar metáforas, que facilitan la búsqueda de soluciones a esos conflictos internos.

Un pequeño ejemplo de coaching:

Una consultante comparó su situación con la de un burro y una ballena. El burro representaba la perseverancia, el aguantar con tesón, el permanecer obstinadamente en un camino.
Lo utilizó para describir su situación laboral, que era muy estresante y desafiante. Debido a su perfeccionismo, no podía darse por vencida, por lo que seguía esforzándose a pesar de que ya no podía más. La ballena representaba su gran anhelo de tomarse un respiro, de pasar a la clandestinidad, de ser inalcanzable para todos. Para solucionar la situación, era necesario poner en contacto a estos dos animales y, por tanto, sus necesidades extremadamente diferentes.

Espontáneamente, se le ocurrió la idea de que si el burro se subía a una pequeña barca de remos, podría acercarse a la ballena. Se imaginó a la ballena nadando muy despacio y con cuidado, mientras que el burro en la barca podía acercarse con valentía sobre unas patas algo tambaleantes. Ambos se frotaban con cuidado hombro con hombro y así también podían hablar entre ellos y negociar un acuerdo.

Quizá esto le parezca una fantasía bastante descabellada. Pero con este trabajo de metáforas, el problema ya no pesa tanto, se añade algo de humor, las imágenes tienen un fuerte efecto en nuestro inconsciente y, por lo tanto, permanecen en nuestra memoria durante mucho tiempo. Surge la aceptación de ambas necesidades (hombro con hombro), de modo que los compromisos y las soluciones para el cambio se encuentran mucho más fácilmente en la situación real. ¡Pruébalo!

En el ejemplo anterior, la solución consistió en que la protagonista planificara pausas claras para su jornada laboral y, sobre todo, se pusiera reglas sobre cuándo quería terminar en la oficina. También decidió dejar de ir a trabajar los domingos o de llevarse archivos a casa. Esto le permitió empezar a prestarse más atención a sí misma y a sus necesidades de descanso. Ya no podía “formatear” algunas presentaciones tan bien como antes, pero aceptó encantada esta imperfección a cambio de más tiempo libre…

Los cambios suelen empezar por pequeñas cosas que a primera vista parecen poco espectaculares. Pero incluso estos pequeños cambios tendrán un efecto global.

Ejercicio: Negociar con uno(a) mismo(a)

Fuente:

Heller, Jutta (2013), Resilienz: 7 Schlüssel für mehr innere Stärke. Gräfe und Unzer Verlag GmbH. München. pp 86-91

Traducido por Rita Muckenhirn, 04.07.23