Así que este factor clave de la resiliencia consiste en ser más consciente de tus competencias y hacer cosas para aumentar tu confianza en tu fuerza interior existente.

Lograr cambios con tu propio esfuerzo

En la mayoría de las situaciones nos preguntamos inconscientemente: ¿Puedo hacerlo?

Dependiendo de si respondemos afirmativamente a esta pregunta o tenemos dudas, lograremos el cambio o no. Conseguir nuestro objetivo depende al menos tanto de nuestra convicción positiva como de nuestras capacidades reales.

En el último factor clave, el optimismo, ya se ha señalado lo importante que es tener una visión optimista de la vida. La autoeficacia también requiere una actitud positiva. Esto se debe a que tenemos que creer que somos capaces de aprender algo nuevo una y otra vez y, por tanto, también de dominar tareas desconocidas o difíciles. Para ello es útil que estemos en buen contacto con nosotros(as) mismos(as), con nuestro cuerpo. Entonces podemos evaluar de forma realista nuestra fuerza y nuestras posibilidades.

Desarrollar una autoconfianza sana

¿Quién no conoce los cuentos fantásticos del barón Münchhausen?

Por ejemplo, aquel en el que cuenta cómo se sacó a sí mismo del pantano por los pelos. Al hacerlo, se atribuye una habilidad que ni siquiera es físicamente posible.

Sólo podemos adivinar qué solución habría encontrado si realmente hubiera caído en el pantano. Lo que sabemos con certeza es lo que no habría hecho: no se habría pasado horas reflexionando sobre por qué cayó en el pantano y qué podría haber hecho para evitarlo.

Tampoco conocería con certeza la sensación de no poder marcar la diferencia, de perder el control de su vida y estar gobernado únicamente por el miedo.

La forma correcta de vivir una vida plena no consiste ni en sobrevalorarse ni en esconder la propia luz bajo un celemín. Se trata, por tanto, de desarrollar una sana autoconfianza, de modo que estés convencido(a) de que puedes llevar a cabo con éxito una acción deseada basándote en tus propias competencias.

Con esta actitud, utilizas el principio de la profecía autocumplida en un sentido positivo.

Si pensamos: “¡Esto tiene que salir mal!”, entonces saldrá mal.

Si estamos seguros: “¡Puedo hacerlo!”, entonces haremos todo lo posible para que así sea.

Por lo tanto, una autoeficacia fuerte es extremadamente importante. Con una actitud así, te motivas, te empujas y te mantienes en la jugada hasta que alcanzas el objetivo. Echa un vistazo a la autoevaluación de abajo para ver cómo está tu autoconfianza.

Ejercicio: Auto evaluación de tu auto confianza

Fuente: Heller, Jutta (2013), Resilienz: 7 Schlüssel für mehr innere Stärke. Gräfe und Unzer Verlag GmbH. München. S. 68 – 70

Traducido y adaptado por Rita Muckenhirn

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