Libera la tensión
Repasa de nuevo las afirmaciones de los ejercicios anteriores relacionados a los impulsores y los modelos de conducta y verifica dónde te has quedado atascado(a). Elige una situación en la que ya no quieras ser controlado(a) por tu impulsor(a) interno(a). Decídete e inicia el cambio.
El segundo paso consiste en relajarse más. ¿Dónde y cómo puedes relajarte mejor?
A algunas personas les encanta ir de excursión o dar un paseo en bici por el campo.
Otras necesitan agua, un gran lago, el mar, simplemente contemplar la distancia, entregarse a sus propios pensamientos. Por supuesto, también puedes recurrir al yoga, la meditación, la respiración consciente, la relajación muscular progresiva y mucho más.
Sé consciente de cómo sientes la diferencia entre tensión y relajación en tu cuerpo y también en tu rostro.