El diálogo comunitario y la acción colectiva son procesos clave para producir cambios en una comunidad.
Que los miembros de una comunidad actúen colectivamente para hacer frente a un problema compartido y mejorar sus vidas será una condición crítica de éxito cuando las cuestiones a tratar sean sociales (en particular, impulsadas por normas sociales). El éxito de tales procesos aumenta la capacidad colectiva de la comunidad para resolver problemas futuros.
La existencia de una dinámica de este tipo (reconocimiento compartido de un problema con debate o acción colectiva continuada) o, en su defecto, la capacidad colectiva para emprenderla, es una condición crítica para el cambio social.
Sin embargo, algunos grupos o sociedades son más individualistas: podría existir una norma social de no meterse en los asuntos de las demás personas y un escaso reconocimiento de la existencia y el valor del “bien público”.
La confianza de las y los miembros de la comunidad en que juntos pueden tener éxito. Esto incluye la capacidad percibida de otros miembros de la comunidad.
El grado en que los miembros de la comunidad creen que el problema es importante, se perciben a sí mismos como contribuyentes y responsables del éxito del cambio colectivo y piensan que se beneficiarán de los resultados.
El sentimiento de pertenencia y de sentirse parte del grupo; el grado en que los miembros de la comunidad quieren cooperar para resolver problemas colectivos; el nivel de interconexión entre los miembros de la comunidad (densidad de la red social); el nivel de división en facciones; y el nivel de confianza hacia las y los demás miembros.
El grado en que las y los miembros marginados de la comunidad (mujeres, pobres, grupos étnicos, jóvenes, ancianos, etc.) pueden acceder a los espacios donde se debaten los problemas, expresarse y participar en la toma de decisiones.
La existencia de un liderazgo eficaz es necesaria para dirigir al grupo en la dirección correcta y sostener el proceso de desarrollo comunitario. Un “buen” líder será popular y digno de confianza, apoyará el diálogo y el cambio, será innovador y fomentará la inclusión.
Las dinámicas comunitarias suelen tener su origen en un factor desencadenante, como las alternativas emergentes que describimos a continuación, pero también en factores más exógenos, como la visita o el interés de agentes externos de cambio, que pueden ser de la sociedad civil, las autoridades o la cooperación internacional.