Módulo 1: Fundamentos
Módulo 2: Primeros Auxilios Psicológicos
Módulo 3: (Auto)ayuda ante los síntomas post-traumáticos
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El principio del bambú

Resiliencia en el campo de tensión entre agilidad y estabilidad 

Trasfondo

El bambú siempre ha simbolizado una estrategia acertada para afrontar tiempos tormentosos. Ser capaz de doblarse y mecerse con el viento en lugar de romperse significa mostrar flexibilidad y agilidad. Al mismo tiempo, estar profundamente arraigado, estable y firme.

Ámbito de aplicación

El ejercicio “roca o bambú”, es adecuado para su uso en procesos de facilitación de resiliencia cuando se trata de introducir el principio bastante inusual de más fuerza a través de la flexibilidad y la movilidad.

El ejercicio también proporciona un buen efecto «wow» al comienzo de una formación y una buena manera de poner a las y los participantes en el estado de ánimo para el trabajo de resiliencia, quizás todavía inusual, con intervenciones interactivas y orientadas al cuerpo.

Introducción al modelo y al ejercicio

Si la persona tiene suficiente tensión interior y es flexible, ágil y adaptable al mismo tiempo, puede recurrir a diversos métodos de reacción cuando se enfrenta al estrés y la tensión. 

Puede afrontar una crisis adecuadamente y experimentar lo que los psicólogos llaman autoeficacia.

Efecto recíproco entre procesos de cambio y de sostenimiento

En el proceso de facilitación sobre resiliencia, se puede utilizar el principio del bambú para ilustrar a la persona acompañada la compleja interacción entre los procesos de cambio y de sostenimiento.

  • La resiliencia representa el equilibrio situacional de un campo de tensión continuamente existente entre la agilidad (necesaria para el cambio de un sistema) y la estabilidad (necesaria para el mantenimiento de un sistema).
  • La agilidad hace posible la resiliencia, en primer lugar, porque dota al sistema de la elasticidad, flexibilidad y maniobrabilidad necesarias en el contexto de los procesos de cambio. Un exceso de agilidad puede reducir la resiliencia e incluso provocar la disolución del sistema.
  • La estabilidad garantiza el mantenimiento de la resiliencia aportando al sistema la resistencia, la tensión, la estructura y la forma necesarias. Un exceso de estabilidad también puede conducir a una pérdida de resiliencia debido a la creciente rigidez del sistema.

Embodiment: Prestar atención a la relación con el cuerpo

Los nuevos enfoques de la neurociencia, el embodiment y la investigación sobre el trauma muestran que no se trata sólo de aumentar la flexibilidad y agilidad mentales para dominar este acto de equilibrio; es sobre todo el propio cuerpo el que pierde flexibilidad, elasticidad y resiliencia como resultado de experimentar estrés, crisis y experiencias traumáticas.

Por lo tanto, el concepto de embodiment o corporalidad se refiere a la representación corporal de los pensamientos y sentimientos, que no deben considerarse de forma aislada, sino que siempre están relacionados con el cuerpo en su conjunto. Si los músculos de una persona se agarrotan debido al estrés crónico o si adopta una actitud negativa hacia una persona o una situación, sus pensamientos, sentimientos y actitudes internas se hacen visibles para las y los demás.

A través de los gestos, las expresiones faciales, el contacto visual, la tensión corporal y toda la forma en que la persona se mueve, camina, se levanta, se sienta y habla de algo.

A nivel del sistema nervioso autónomo, estas señales corporales influyen en la neurocepción de la persona y su interlocutor(a). La situación de diálogo puede dejar de experimentarse como segura, lo que puede desencadenar nuevas reacciones de protección. La neurocepción y la importancia de las señales pro-sociales se explican en detalle como parte del campo de competencias de la autorregulación y el auto-cuidado.

Los enfoques orientados al cuerpo en el entrenamiento de la resiliencia sirven para aumentar la conciencia y la sensibilidad corporal de la persona, aumentar la resiliencia de los tejidos, liberar la tensión y la rigidez para que sean más flexibles y permeables a nuevas ideas de resolución de problemas. Una vez que el o la participante vuelve a estar mental y físicamente en movimiento, no sólo se amplía su campo de percepción y su amplitud de movimiento, sino que también se libera su horizonte de evaluación de los resultados estresantes actuales y la interacción con otras personas se vuelve más abierta y relajada.

El siguiente ejercicio interactivo de embodiment “Roca o Bambú” contiene elementos del entrenamiento interactivo de la resiliencia y, al mismo tiempo, elementos orientados al cuerpo y que alivian la tensión del entrenamiento de la fascia (la membrana fibrosa que recubre los músculos).

La intervención demuestra la idea inicialmente paradójica de que una persona puede aumentar su resiliencia a través de la flexibilidad y la movilidad. Para ello, cada participante primero adopta la postura de una roca y luego intenta reaccionar ante el estrés. En el segundo paso reacciona según el principio del bambú.

Posteriormente se reflexiona sobre la experiencia. El ejercicio estimula la autorregulación de la persona participante y facilita el desarrollo de nuevas perspectivas y estrategias de solución al afrontar situaciones estresantes.

Proceso… paso a paso

Al principio, das una breve introducción al principio del bambú y el trasfondo del ejercicio.

Si es necesario, recuerda las diferencias entre resistencia al estrés y resiliencia.

“Fieles a la idea de ´Sé como una roca en el oleaje´, muchas personas reaccionan al estrés crónico, a los ataques verbales y personales con una gran tensión interior y un endurecimiento de los músculos y, por tanto, una restricción del sistema de movilidad. Se toman el asunto muy en serio, se endurecen internamente, se atrincheran y se arman contra nuevos ataques. Las consecuencias son inflexibilidad, rigidez física y mental. En el proceso, se pierden parcialmente la adaptabilidad y la resiliencia. Con el siguiente ejercicio interactivo podrás comprobar lo importante que son la movilidad física y la flexibilidad para el desarrollo de la resiliencia.

Por otro lado, a través de estiramientos lentos estimulas las largas cadenas miofasciales de tu tejido conectivo posterior o sistema de fascia, permitiendo así liberar tensión y aumentar la movilidad, la tensión y la resiliencia de los tejidos. “

Dependiendo del contexto de coaching o formación, puedes brindar a las y los participantes información más detallada sobre el sistema de fascia.

La fascia forma nuestro órgano sensorial enervado más grande.

Hay receptores propioceptivos y numerosos receptores sensoriales en los tejidos blandos. De manera similar a lo que conoces de una naranja, nuestra red de fascia (tejido conectivo) también consta de una red de bolsillos, bolsas, envolturas y hebras en todo el cuerpo en numerosas formas y características. Las investigaciones han demostrado que la mayoría de los receptores del dolor se encuentran en la fascia.

El sistema capilar de la fascia también participa en la reducción del estrés y la eliminación de desechos. La fascia de las y los jóvenes tiene una estructura de red bidireccional en forma de tijera de fibras de colágeno, similar a unas medias elásticas para mujeres. Si faltan cargas de estiramiento dinámicas, se desarrollan cada vez más las llamadas reticulaciones, es decir, uniones cruzadas desordenadas y desordenadas.

Esto hace que la red de fascia pierda su elasticidad. Se forman las llamadas adherencias y pegamientos y se vuelve cada vez más enfieltrado. Estos efectos de enfieltramiento se conocen como tensiones y endurecimientos dolorosos, por ejemplo en los hombros o en la zona lumbar.”

En la siguiente descripción, usted o un(a) participante del seminario actúa como entrenador(a) o coach y otro(a) participante actúa como persona a ser entrenada (trainee o coachee).

Paso 1: Fuerte como una roca.

El o la facilitador(a) y la participante se paran uno frente al otro. Según el lema “Sé fuerte como una roca”, la participante debe permanecer lo más estable posible, poniéndose firme y duro.

Una vez que el o la participante ha tomado su posición, la facilitadora le pregunta si puede tocar el brazo o la mano de la participante y atraerlo hacia ella.

Luego, la facilitadora toma la mano y, suave y fácilmente, jala a la participante hacia ella.

El jalón no debe ser percibido como algo sorprendente, repentino o brusco para la participante.

Las y los participantes se sorprenden mucho de lo fácil que es para la facilitadora sacarlos de su posición y acercarlos a ella.

En un proceso de formación pueden cambiar ahora los roles para que ambas personas – facilitadora y participante – experimenten la sensión de actuar como roca. También pueden hacer varias rondas para entrenar su percepción corporal.

Esta primera experiencia abre ya un amplio campo de autorreflexión inicial.

Solicite a las parejas que trabajaron juntas reflexionar sobre las siguientes preguntas.

  • ¿Qué significa para mí la tensión?
  • ¿Qué tanto les facilito a otras personas que me desequilibren?
  • ¿Qué tan vulnerable me hace mi postura y actitud ante la situación problemática?
  • ¿De dónde surge la estrategia del endurecimiento y qué significa?

Paso 2. Fuerte como un bambú en el viento

Ahora se le da a la participante la tarea de concentrarse en sus pies e imaginar que raíces largas y densas crecen hacia el fondo del suelo.

Se le invita a relajar las articulaciones desde los pies hasta los hombros, doblar un poco las rodillas y mantener la parte superior del cuerpo relajada, suave y flexible.

La facilitadora, a su vez, pide permiso para tomar la mano o el brazo de la participante y jalarla hacia ella.

Lo importante ahora es que la facilitadora aumente la tensión hacia la participante muy lentamente, de modo que paso a paso la participante pueda estabilizarse y literalmente cargarse de fuerza al encontrar una postura flexible y “cededora”.

Ya no es tan fácil para la facilitadora conseguir que la participante esté de su lado. Le pide repetidamente a la participante que entre en un movimiento de búsqueda, que improvise, para buscar la posición que sea más poderosa, más llena de fuerza y al mismo tiempo más flexible y estable. Por lo general, la participante tiene que doblar las rodillas aún más y experimentar cambiando la posición de su peso.

Aprender que una/uno se vuelve más fuerte cuando baja el centro de gravedad corporal es nuevo para la mayoría de las y los participantes. Por lo general, experimentan una estrategia completamente nueva para lidiar con la presión y el estrés.

De esta forma, facilitadora y participante se van recargando de fuerzas poco a poco.

Ahora también se requiere que la facilitadora sea cada vez más flexible y permeable en sus movimientos y debe poder acompañar el proceso durante el mayor tiempo posible hasta que la participante haya alcanzado su máximo potencial de fuerza.

La facilitadora lo percibe porque ya no puede aumentar su propia fuerza de atracción y ambos se encuentran en un acto de equilibrio balanceado y poderoso. La experiencia ha demostrado que durante el ejercicio la participante comienza un trabajo intensivo de cambio.

La participante intensifica el contacto visual con la facilitadora, adopta una actitud juguetona, empieza a reír y se alegra mucho al descubrir su punto fuerte. A través del ejercicio, las y los participantes muchas veces se sienten por primera vez en mucho tiempo nuevamente con su propia fuerza.

Nota para las y los facilitadores:

Quizás la primera vez no te sale perfecto. Ayuda si lo practicas primero con una persona antes de estrenar el ejercicio por primera vez en un taller. Pero también, cada participante reacciona diferente en dependencia de su propia percepción corporal.

Paso 3: Transferencia

Con este sencillo ejercicio, las personas acompañadas o participantes de la formación muchas veces  experimentan por primera vez que la estrategia de endurecer y poner tieso el cuerpo no conduce automáticamente a una mayor fuerza de resistencia.

Rápidamente te das cuenta de lo vulnerable e inestable que te vuelve este endurecimiento.

A través de este ejercicio aprenderás a confiar en la estabilidad natural de tu cuerpo móvil y flexible, liberando tus articulaciones y músculos y pudiendo así resistir la fuerza de tracción del exterior.

Segunda auto reflexión
  • ¿Cómo puedo aplicar esta experiencia para abordar mi problema actual?
  • ¿Dónde me pongo rígido(a) interna y físicamente?
  • ¿Qué pensamientos estoy desarrollando?
  • ¿Cómo y dónde reacciona mi cuerpo?
  • ¿Cómo puedo lograr que reaccione de forma más móvil y flexible ante una situación estresante en el futuro? (Desarrollar al menos tres nuevas estrategias de pensamiento y/o comportamiento)
Ideas adicionales y variaciones

Que el desarrollo de la fuerza puede vincularse al concepto de relajarse o de soltar y que la agilidad mental va de la mano de la movilidad física y la flexibilidad también es una experiencia nueva para muchos facilitadores y entrenadores.

Por lo tanto, invita a amigos(as), familiares y compañeros(as) facilitadores(as) a probar este ejercicio con usted antes de utilizar el principio del bambú en su acompañamiento o entrenamiento.

Conoce el efecto con diferentes parejas y asegurate de que tu propio cuerpo sea permeable y se encuentre en un buen estado de relajación.

Al hacer este ejercicio de bambú, dale a las y los participantes del seminario suficiente tiempo para que todos los miembros del grupo puedan practicar con al menos otros tres o cuatro compañeros(as). Con cada cambio de pareja, se producen muchos pasos de adaptación y aprendizaje a nivel físico y mental. Dales a las parejas suficiente tiempo para reflexionar sobre el ejercicio.

Fuente:

Amann, Ella Gabriele; Egger, Anna. (2021). Micro-Inputs Resilienz. managerSeminare. Bonn. P. 39-46

Adaptado y traducido por Rita Muckenhirn. Octubre 2024