Algunas veces me preguntan si este curso es para formación de terapeutas. Y claramente digo que NO.
¿Cuáles son las razones y posibles usos de lo que aprendemos aquí?
En muchos lugares, especialmente en países empobrecidos y/o en zonas rurales no tenemos profesionales como psicólogos o terapeutas cerca o las personas necesitadas no cuentan con los recursos para poder costearlo.
En los años 80 había un libro que era la guía para primeros auxilios en caso de accidentes o enfermedades “Donde no hay doctor”. Luego se amplió con otro libro “Donde no hay dentista”.
Con este curso pretendo contribuir a una especie de guía para los lugares o momentos “Donde no hay psicólogo”.
Muchas veces somos testigos(as) de un evento traumático o de cuando una persona recibe una mala noticia. En la vida cotidiana suceden accidentes, muertes naturales y/o repetinas o actos de violencia a diario.
Necesitamos desarrollar esta capacidad de poder acompañar de la manera más humana y profesional, especialmente cuando no hay profesionales de la ayuda presentes y/o cuando la persona nos tiene busca porque nos tiene confianza.
En mi trabajo como facilitadora me he encontrado muchas veces con situaciones de este tipo y me di cuenta que nadie te prepara para eso.
Recuerdo en un taller para diseñar un plan de sostenibilidad para un grupo de mujeres indígenas en Guatemala, la más joven del grupo recibió la noticia de que su hermanito menor de 14 años fue asesinado por extorsionista al acompañar durante sus vacaciones escolares a su hermano mayor que era conductor de un microbus en una ciudad vecina. Afortunadamente en el grupo hubo mucha capacidad de respuesta desde lo más práctico hasta el acompañamiento emocional, pero también el apoyo mutuo porque todas conocían al adolescente.
Esto para mi es un ejemplo, que aún si facilitamos temas “técnicos” que no tienen una conexión directa con temas psico-sociales, en cualquier momento puede algún participante enfrentar una situación difícil y necesitamos estar preparados(as) para poder brindar apoyo de manera adecuada.
Apenas en 1879, Wilhelm Wundt, Alemania, fundó la psicología como un campo de estudio experimental independiente. Creó el primer laboratorio que realizó investigación psicológica exclusivamente en la Universidad de Leipzig. Wundt es conocido hoy como el padre de la psicología.
Entonces nos puede surgir la pregunta, ¿y cómo hacían nuestros ancestros(as) para curar no solamente el cuerpo, sino también las heridas del alma y del espíritu? Considerando que nuestros ancestros(as) han tenido que enfrentar múltiples eventos traumáticos, ¿cómo lograron afrontar, superar, adaptarse y transformar sus realidades para que nosotros(as) hoy en día estemos acá?
Además de la capacidad de resiliencia individual y colectiva, habían personas que ayudaban a curar.
Algunos estudiosos llaman a las y los chamanes los psicólogos de la tribu e incluso hay quienes les han identificado como los primeros profesionales de la especie humana.
Este curso se basa en la sabiduría acumulada de muchos profesionales de la psicología y también integra prácticas ancestrales de diversas culturas de alrededor del mundo.
Ninguna terapia será sostenible si no vamos integrando prácticas de auto cuidado en nuestra vida cotidiana.
Así que lo que vamos a aprender no sustituye una terapia, pero puede prepararnos mejor ante eventos traumáticos, completar una terapia y/o sostener y fortalecer nuestra capacidad de resiliencia.
Nuestra sociedad está basada en múltiples traumas individuales y colectivos, inter- y transgeneracionales. Muchas veces los silenciamos, se convierte en un tema tabú o lo abordamos desde lo intelectual.
Luise Reddemann escribió varios libros sobre como sanar traumas y dice que no lo escribe solamente para terapeutas sino también para las y los pacientes, para que puedan escuchar su voz interior, identificar los ejercicios que les ayudan más y conectarse con sus recursos propios cuando no puede disponer de ayuda profesional.
Cada vez más profesionales abogan por un abordaje más integral, por un enfoque informado sobre el trauma en cualquier ámbito de la vida. Esto implica introducir prácticas de resiliencia incluso desde la niñez temprana, normalizando prácticas de de meditación, yoga, de atención plena, de contemplación, de conexión con el cuerpo al integrarlos en la pre-escolar, la escuela, los entornos de trabajo, etc.
Así que vamos a introducir acá un módulo sobre los primeros auxilios psicológicos o emocionales que deberían ser parte de nuestro kit de emergencia, tanto como las curas y las vendas para una herida física.