«Todo ser humano,
si se lo propone,
puede ser escultor de su propio cerebro».
Santiago Ramón y Cajal.
La neurociencia, el campo que explora el cerebro, ha visto avances significativos en las últimas décadas, particularmente en áreas cruciales para nosotros(as) como la interacción entre mente y cuerpo, у la respuesta cerebral ante el trauma y el estrés.
Entender el cerebro nos da una base científica para entendernos y para explorar cómo la mente influye en el cuerpo, qué ocurre en momentos de trauma y de qué manera algunas intervenciones somáticas, como el Yoga Sensible al Trauma o ejercicios de auto ayuda ante Síntomas Postraumáticos, pueden ser vehículos de sanación.
El cerebro está formado por billones de neuronas que tejen redes de comunicación sináptica y soportan desde actividades cotidianas hasta procesos cognitivos complejos.
Este tejido neuronal, en conjunto con las células gliales que brindan soporte, es la base de nuestros pensamientos, emociones y aprendizajes. El cerebro es plástico, y a lo largo de nuestra vida se desarrolla y adapta.
Esta capacidad de cambio no solo nos permite madurar y aprender, sino que también abre la ventana a la recuperación después de un trauma.
Prácticas que unen mente y cuerpo, aprovechan esta plasticidad para asistir en la recuperación. Aliviar el estrés, mejorar la autopercepción y promover la calma son vías para remodelar las áreas y conexiones cerebrales afectadas por el trauma, impulsar la resiliencia y recuperar el bienestar emocional.
Las unidades siguientes se adentran en la complejidad del cerebro para así conocer cómo podemos colaborar con él en el camino hacia la sanación.
Fuentes:
Macaya, María. (2024). Yoga sensible al trauma. Sanando desde el interior. Plataforma Editorial. Barcelona. Pág. 91-92