Módulo 1: Fundamentos
Módulo 2: Primeros Auxilios Psicológicos
Módulo 3: (Auto)ayuda ante los síntomas post-traumáticos
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Participación Transformadora Responsable

Este curso de “resiliencia para una vida plena y un activismo sostenible” está dirigido a facilitadores(as), profesionales, activistas, defensores(as) de derechos humanos que promueven la transformación personal y socio-ecológica en diferentes ámbitos temáticos.

Por ello, vamos a introducir primero dos conceptos relacionados a este activismo:

  • la participación transformada responsable y
  • el activismo sostenible.

Participación Transformadora Responsable

En el 2019, la UNESCO ha introducido el concepto de Participación Transformadora Responsable[1]. Para ello, define primeramente el término de “transformación” y diferencia entre diferentes tipos de la misma.

Transformación:

En las definiciones estándar, la transformación se refiere a un cambio, más o menos radical y profundo, en la forma, naturaleza o apariencia. …, la transformación puede referirse a un posible cambio en dos niveles: primero, en la persona, en relación con el proceso que emprende para lograr una participación significativa; y, en segundo lugar, en las repercusiones de la participación de una persona en las instituciones y normas establecidas, que puede producir más o menos cambios dependiendo de su naturaleza, sus objetivos y su sostenibilidad.

Como primer paso, es útil analizar los diferentes tipos de participación transformadora que pueden asumir las personas. Estos tipos tienen diferentes implicaciones según la medida en que cuestionan las normas e instituciones establecidas (véase el cuadro que figura a continuación).

También pueden solaparse y cambiar con el tiempo, incluso en un mismo individuo.

  • Basada en el deber: Este tipo consiste en una contribución al mantenimiento de las instituciones existentes como, por ejemplo, la votación individual y la participación en grupos de la sociedad civil y partidos políticos. Por lo general, se considera que este tipo de participación es la que menos cuestiona las instituciones existentes, pero esto puede variar según el contexto.
  • Participativa: Este tipo consiste en un compromiso activo en las instituciones existentes para ayudar a moldearlas, así como a sus políticas. Esta participación suele suponer la existencia de una sociedad civil dinámica, en la que los ciudadanos pueden trabajar por conducto del gobierno, así como de redes sin ánimo de lucro e informales, para abordar cuestiones de interés público.
  • Guiada por la justicia: En este tipo de participación, el compromiso está orientado por la búsqueda de la justicia social, considerando los derechos humanos, el bienestar y la equidad, tratando de influir en las instituciones para que promuevan estos objetivos. Esto puede consistir en trabajar dentro del sistema o ejerciendo presión externa, incluso métodos contenciosos, como la desobediencia civil, así como otros más disruptivos.
  • Liberadora: Este tipo de participación, más desafiante para las instituciones existentes, busca un cambio radical, con el fin de acabar con las maneras establecidas/corrientes de hacer las cosas, ideando nuevas formas de convivencia, cuestionando las normas sociales, y creando contra-públicos que exploren diferentes enfoques de la interacción social, económica o política. Esa participación puede entrañar la adopción de medidas perturbadoras para desmantelar las instituciones y normas existentes.

La importancia del contexto:

El potencial de la participación para desafiar las normas e instituciones establecidas variará dependiendo del sistema político y la cultura, que pueden estar más o menos abiertos a la influencia de los ciudadanos. Por ejemplo, la expresión pública de opiniones en países donde la libertad de expresión es limitada puede ser más perturbadora que en países en donde se garantiza este derecho.

Individual y colectiva:

La participación puede ser colectiva o quedarse en el nivel individual. Ambas formas son puntos de partida válidos para emprender un proceso de empoderamiento y transformación. Sin embargo, la acción individual no organizada, sin importar cuán bien sustentada esté, puede ser poco eficaz para lograr las metas de transformación. Igualmente, cuando los individuos se unen a la acción colectiva sin profundizar su propio compromiso personal, pueden tener poco poder transformador

Responsabilidad:

¿Cuál es el significado de una participación transformadora “responsable”?

La evaluación de la “responsabilidad” relativa de cualquier forma de participación depende de la perspectiva elegida para entender un contexto particular, los antecedentes históricos y las medidas llevadas adelante como resultado. Dicha evaluación podrá complicarse aún más debido a las nuevas tendencias de la participación transformadora, que incluyen la acción anónima y deslocalizada.

No obstante, varios factores pueden ayudar a guiar cualquier evaluación de este tipo.

  • En primer lugar, es importante la intención/objetivo que guía cualquier forma de participación, que deberá, en el mejor de los casos, actuar en defensa de los derechos humanos y el bien público, incluida la promoción de un mundo más sostenible, inclusivo, justo y pacífico.
  • En segundo lugar están los medios elegidos, que deberán ser respetuosos de los derechos humanos y las libertades fundamentales, y proporcionales en la observancia del estado de derecho a la luz de una situación particular.
  • En tercer lugar están las consecuencias de una participación, que, por muy difícil que sean de prever desde el principio, deberán tenerse en cuenta. Una vez más, los principios universales consagrados en el derecho internacional de los derechos humanos deben seguir siendo la referencia clave.

En conjunto, deberá haber una armonía significativa entre estos tres factores, siguiendo el principio de “no hacer daño”.

La cuestión de la violencia:

En general, la violencia se asocia con actos revolucionarios que hacen uso de la fuerza física, mientras que la participación transformadora, promovida mediante la educación para la ciudadanía mundial (ECM) y la educación para el desarrollo sostenible (EDS), se enmarca en un registro diferente, en el que la violencia no es una opción, y en el que la acción deberá ser pacífica, proporcionada, participativa, abierta y basada en el diálogo. Dicho esto, a veces la violencia forma parte de la participación transformadora, y tales actos conducen a acalorados debates sobre su justificación. En el mejor de los casos, esos actos deberán considerarse en su contexto, determinados por las características específicas de una situación dada.


[1] Extracto de UNESCO. (2019. Enseñando y aprendiendo para una participación transformadora.