Este ejercicio tiene como objetivo entender mejor nuestras relaciones y a encontrar un equilibrio más saludable.
Recomendamos desarrollarlo con acompañamiento y/o en un grupo.
Si te sientes lo suficientemente estable, lo puedes trabajar sola/solo escuchando este audio.
Comienza caminando por una sala, encontrando tu propio ritmo.
No necesitas un espacio grande. Es más fácil concentrarte en un área reducida.
Después de un minuto, imagina que camina a tu lado una persona más grande y poderosa.
Puede ser alguien conocido o una figura imaginaria.
Situala a tu lado, delante o detrás.
Mientras caminas, observa tus pasos, tu respiración, tu postura y tu percepción sensorial.
Define tu experiencia en una palabra o frase.
Luego, cambia la figura por la de alguien más pequeño y menos poderoso.
Puede ser alguien conocido o una figura imaginaria.
Observa nuevamente tus pasos, tu respiración, tu postura y tu percepción sensorial.
Y define tu experiencia en una palabra o frase.
Ahora, cambia a la persona que camina con vos por una persona que sea igual que vos, ni más poderosa, ni menos.
Quizás pienses en alguien que conoces (como una amiga o un familiar), o quizás sea alguien que te imaginas.
De nuevo, fíjate en tus pasos, tu respiración, tu postura y tu percepción sensorial
Y define interiormente tu experiencia.
Reflexiona sobre tus sensaciones en cada etapa.
Este ejercicio revela nuestra relación con el poder y cómo nos afecta.
Generalmente nos sentimos más cómodos(as) y auténticos(as) con nuestros pares, moviéndonos con fluidez y confianza.
Caminar con alguien poderoso puede generar miedo o dependencia, mientras que con alguien menos poderoso podemos sentirnos responsables y descuidar nuestras propias necesidades.
Reconocer estas dinámicas nos ayuda a entender mejor nuestras relaciones y a encontrar un equilibrio más saludable.
Fuentes:
Macaya, María. (2024). Yoga sensible al trauma. Sanando desde el interior. Plataforma Editorial. Barcelona. Pág. 161-162. Adaptado por Rita Muckenhirn.